Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida como Hedy Lamarr (Viena, 9 de noviembre de 1914-Casselberry, Florida, 19 de enero de 2000), fue una actriz de cine e inventora austriaca. Fue coinventora, junto a George Antheil, de la primera versión del espectro ensanchado que permitiría las comunicaciones inalámbricas de largas distancias.
Luego de una breve carrera cinematográfica en Checoslovaquia, incluida la película llamada Éxtasis (1933), huyó de su marido, un rico fabricante austriaco de municiones, y se trasladó en secreto a París. Viajando a Londres, conoció al jefe del estudio de Metro-Goldwyn-Mayer, Louis B. Mayer, quien le ofreció un contrato de cine en Hollywood. Se convirtió en una estrella de cine con su actuación en Argel (1938).
Sus películas con MGM incluyen Lady of the Tropics (1939), Boom Town (1940), H.M. Pulham, Esq. (1941) y White Cargo (1942). Su mayor éxito fue como Dalila en Sansón y Dalila (1949), dirigida por Cecil B. DeMille. También actuó en televisión antes del lanzamiento de su película final, The Female Animal (1958). Fue honrada con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1960.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ella y el compositor George Antheil desarrollaron la patente de un sistema de guía por radio para torpedos aliados que utilizaba el espectro ensanchado y la tecnología de salto de frecuencia para vencer la amenaza de interferencias por parte de las potencias del Eje. Aunque la Armada de los Estados Unidos no adoptó la tecnología hasta la década de 1960, los principios de su trabajo se unieron a la tecnología Bluetooth y son similares a los métodos utilizados en las versiones heredadas de Wi-Fi. Este trabajo llevó a su incorporación al National Inventors Hall of Fame en 2014.
Fue la única hija de un matrimonio de judíos secularizados. Su madre nació en Budapest y fue pianista de conciertos. Su padre nació en Leópolis y fue director del banco Creditanstalt. Sus padres pertenecían a familias judías de clase alta. Desde los 4 años obtuvo tutorías particulares; antes de la edad de 11 ya dominaba el piano y la danza y podía hablar cuatro idiomas. A los 16 años empezó sus estudios de artes escénicas en la escuela berlinesa del director de cine y teatro Max Reinhardt.
Así inició su carrera cinematográfica, y pronto sería mundialmente famosa por la secuencia de la película Éxtasis (1933), en la que aparece completamente desnuda, primero al borde de un lago y, luego, corriendo por la campiña checa. Por dicha escena se la conocería como la primera mujer en la historia del cine que apareció desnuda en una película comercial.
Atraído por esta película, el magnate de la industria armamentística Friedrich Mandl arregló con sus padres un casamiento de conveniencia y fue prometida en matrimonio en contra de su voluntad. Hedy calificó posteriormente esa época como de auténtica esclavitud.
Su marido Friedrich Alexander Maria Fritz Mandl (1900-1977), de familia católica por sus cuatro costados, (si bien tenía una hermana, Renata Renée Ferro, 1901-1985, fallecida en Buenos Aires, que se convirtió al judaísmo al casarse con un sefardita de Corfú, Federico Pace Shalom Ferro, 1885-1935, fallecido en Viena) era proveedor de municiones, de aviones de combate y de sistemas de control de Adolf Hitler y de Benito Mussolini (de quienes era amigo personal), según narra Lamarr en sus memorias.
Esas ventas de material militar fueron realizadas durante la ocupación italiana de Abisinia (hoy Etiopía). Tras casarse el 10 de agosto de 1933, él intentó infructuosamente hacerse con todos los ejemplares existentes de la película en la que su esposa aparecía desnuda. Muy celoso, la obligaba a acompañarle en todas las cenas y viajes de negocios. Fue encerrada en casa y sometida a un estricto control. Hedy tuvo que abandonar su incipiente carrera cinematográfica, y cualquier otro tipo de actividad que no fuera la de simple comparsa de Mandl. Ella cuenta que tan solo podía bañarse o desnudarse cuando su marido estaba a su lado, acechándola.
Por otra parte, Hedy había aprovechado su soledad para continuar sus estudios de ingeniería, y utilizó su inteligencia para obtener de los clientes y proveedores de su marido los pormenores de la tecnología armamentística de la época que cedió a las autoridades de los Estados Unidos años más tarde; igualmente algunas reuniones le sirvieron de guía para idear y patentar, en los años 1940, la técnica de conmutación de frecuencias, que le devolvería notoriedad en los últimos años de su vida.
En 1937 Lamarr escapó al fin de Mandl. Durante su enclaustramiento mantuvo una relación sentimental con su asistenta que le sirvió para obtener la ayuda necesaria para escapar. En una rocambolesca historia de amor, Hedy consiguió la infraestructura necesaria para preparar un completo plan de fuga y escapar para siempre de las garras de su marido. Se deslizó por la ventana del baño de un restaurante y huyó en automóvil hasta París, Francia, seguida de cerca por los guardaespaldas de su marido, aunque la versión que ella misma cuenta en su autobiografía es algo diferente: administró un somnífero a su asistenta y pudo salir de su casa disfrazada de esta (la había contratado hacía poco justamente para este objetivo, por parecérsele físicamente). De esta manera pudo llegar a la estación de tren y viajar hasta París por este medio.
A la edad de 38 años, Lamarr se convirtió en ciudadana estadounidense el 10 de Abril de 1953. Su autobiografía, Ectasy and Me, fue publicada en 1966. Sin embargo, dijo públicamente en televisión que no había sido escrita por ella y que gran parte era ficción, por lo que posteriormente demandó al editor, alegando que muchos detalles fueron creados por su escritor fantasma, Leo Guild. Además, la actriz fuer demandada por Gene Ringgold, quien afirmó que el libro plagió material de un artículo que él había escrito para la revista Screen Facts en 1965.
Hollywood
Ya en París, consiguió viajar más tranquilamente a Londres (Reino Unido). Allí conoció a Louis B. Mayer, el empresario de la Metro Goldwyn Mayer (MGM). Vendió sus joyas y huyó a los Estados Unidos, en el mismo barco en que él regresaba, para convencerlo de que la contratara como actriz. Ella inicialmente rechazó la oferta que él le hizo (de $125 por semana), pero luego se reservó en el mismo transatlántico con destino a Nueva York que él y logró impresionarlo lo suficiente como para asegurar un contrato de $500 por semana. Mayer la convenció de que cambiara su nombre a Hedy Lamarr (para distanciarse de su verdadera identidad y de la reputación de «la dama del Éxtasis» asociada con ella), eligiendo el apellido en homenaje a la bella estrella del cine mudo, Barbara La Marr, por sugerencia de su esposa, que admiraba a La Marr. Él la llevó a Hollywood en 1938 y comenzó a promocionarla como «la mujer más bella del mundo». Al llegar a tierra, ya tenía un contrato de siete años y un nuevo nombre: Hedy Lamarr.
Así renació, pues volvió de nuevo a su vida como actriz. Había actuado hasta entonces en la película checoslovaca Éxtasis (1933) y en cuatro películas alemanas además de la citada: Dinero en la calle (1930), La mujer de Lindenau (1931), Las aventuras del señor O. F. (1931) y No necesitamos dinero (1932). Gracias a su fama, le fue posible viajar a Hollywood, donde sería protegida por Louis B. Mayer quien, además, le daría un nuevo nombre inspirado en la actriz Barbara La Marr, antigua amante de Louis, que falleció en trágicas circunstancias.
Tras el estreno de su primer largometraje en los EE. UU., Argel (1938), junto con Charles Boyer, y bajo contrato con la MGM. La película creó una «sensación nacional», dice Shearer. Mayer esperaba convertirse en otra Greta Garbo o Marlene Dietrich.
Empezó a destacar en Hollywood con Lady of the Tropics (1939), y con I Take This Woman (1940).
Hedy Lamarr trabajó entre otros con King Vidor (Camarada X, Cenizas de amor), Jacques Tourneur (Noche en el alma, 1944), Robert Stevenson (Pasión que redime, 1947) y Cecil B. DeMille (Sansón y Dalila, 1949).
No tuvo, sin embargo, demasiado éxito al elegir sus películas en otras ocasiones. De todos modos, estas fueron bastante numerosas, pues hizo unas treinta en su carrera, la mitad de las cuales fueron realizadas hasta 1945. Trabajó en el cine hasta 1958.
En 1965, Lamarr firmó con la propia Metro-Goldwyn-Mayer un contrato de 200 000 dólares por publicar sus memorias. La productora encargó a dos escritores fantasmas, Leo Guild y Cy Rice, la transcripción de 50 horas de conversación y confidencias, pero el resultado final disgustó profundamente a la actriz, quien trató de detener la publicación sin éxito. La primera versión en castellano fue editada por Grijalbo en México (1968); medio siglo más tarde llegaría la edición española, a cargo de la editorial especializada en libros de cine Notorious.
En la década de los 50, Hedy también diseñó, y posteriormente desarrolló junto a su marido W.Howard Lee Villa LaMarr ski resort en Aspen, Colorado.
En 1966, la actriz fue arrestada en Los Ángeles por hurtos, aunque los cargos fueron finalmente retirados. Años más tarde, en 1991, fue arrestada por los mismo cargos en Florida, lo cual coincidió con un intento fallido de volver a la pantalla. Como no se opuso a compadecer ante el tribunal, los cargos finalmente fueron retirados a cambio de su promesa de abstenerse a infringir cualquier ley durante un año.
Durante la década de los 70, le ofrecieron numerosos proyectos aunque los rechazó todos. En 1974, presentó una demanda de 10 millones de dólares contra Warner Bros., alegando que la parodia de su nombre en la comedia Blazing Saddles infringía su derecho a la privacidad. Finalmente, llegaron a un acuerdo extrajudicial por una suma nominal no revelada y una disculpa a la actriz por «casi usar su nombre». Posteriormente, Lamarr se retiró de la vida pública y se instaló en Miami Beach, en 1981.
Sistema de comunicaciones secreto
Lamarr, conocedora de los horrores del régimen nazi a través de su marido Mandl, próximo al fascismo, y por su condición de judía, ofreció al gobierno de los Estados Unidos toda la información confidencial de la que disponía, gracias a los contactos de su exmarido. Además, consideraba que su inteligencia podía contribuir a la victoria aliada. Así, se puso a trabajar para el desarrollo de nuevas tecnologías militares.
Hedy sabía que los gobiernos se resistían a la fabricación de un misil teledirigido por miedo a que las señales de control fueran interceptadas o interferidas fácilmente por el enemigo, y que pudieran inutilizar el invento o, incluso, usarlo en su contra.
Hedy Lamarr y el compositor George Antheil recibieron el número de patente 2.292.387 por su Sistema de comunicación secreta. Esta versión temprana del salto en frecuencia, una técnica de modulación de señales en espectro expandido, usaba un par de tambores perforados y sincronizados (a modo de pianola) para cambiar entre 88 frecuencias, y se diseñó para construir torpedos teledirigidos por radio que no pudieran detectar los enemigos.
En la patente del 11 de agosto de 1942 puede leerse la inscripción H. K. Markey et al.. Las iniciales H. K. son las de Hedwig Kiesler (Hedy Lamarr); Markey era su apellido de casada, en ese momento.
El hecho de que sus patentes fueran concedidas con el nombre de casada y no por el nombre artístico impidió que su contribución recibiera el debido reconocimiento en su momento.
Poco tiempo después, el 1 de octubre de ese mismo año, aparecía en The New York Times la primera mención pública del invento, a pesar de lo cual las autoridades de la época no consideraron la posibilidad de su realización práctica inmediata. La tardanza en aplicarlo se debió a la necesidad de pasar de un sistema mecánico a uno electrónico. Esto fue logrado por Sylvania Electronics, en 1957, y su equipo de ingenieros reconoció en su totalidad la patente a Lamarr y Antheil.
El primer uso conocido de la patente se dio en la crisis de los misiles de Cuba. Durante esta crisis de 1962 se usó este sistema en el control remoto de boyas rastreadoras marinas. La misma técnica se incorporó en alguno de los ingenios utilizados en la guerra de Vietnam y, más adelante, en el sistema estadounidense de defensa por satélite (Milstar), hasta que en la década de 1980, el sistema de espectro expandido vio sus primeras aportaciones en ingeniería civil. Así, con la irrupción masiva de la tecnología digital a comienzos de esa misma década, la conmutación de frecuencias permitió implantar la comunicación de datos WIFI.
Detalle de la patente de un «sistema secreto de comunicaciones» concedida a Kiesler (Lamarr) y Antheil (Imagen: CC) |
Otras invenciones
Aunque Lamarr no tenía una formación formal y era principalmente autodidacta, a lo largo de su vida desarrolló otros inventos además del sistema de comunicaciones secreto, que incluían un semáforo mejorado y una tableta que se disolvería en agua para crear una bebida carbonatada. La bebida no tuvo éxito; Lamarr misma dijo que sabía a Alka-Seltzer.
Entre los pocos que conocían la inventiva de Lamarr estaba el magnate de la aviación Howard Hughes. Hedy le sugirió que cambiara el diseño más bien cuadrado de sus aeroplanos a una forma más aerodinámica, basada en imágenes de las aves y peces más rápidos que pudo encontrar. Lamarr habló sobre su relación con Hughes durante una entrevista y dijo que mientras salían, él apoyaba activamente sus aportaciones y «retoques». De hecho, puso a su disposición a su equipo de científicos e ingenieros.
Premios
En 1939, Lamarr fue seleccionada como la «nueva actriz más prometedora» de 1938 en una encuesta de votantes del área dirigida por el crítico de cine de Philadelphia Record. Los cinéfilos británicos votaron a Hedy Lamarr como la décima mejor actriz del año, por su actuación en Samson and Delilah en 1951.
Hedy Lamarr fue honrada con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1960. Al año siguiente, la Austria natal de Lamarr le otorgó la Medalla Viktor Kaplan de la Asociación Austriaca de Titulares de Patentes e Inventores.
En 1997, Lamarr y George Antheil fueron honrados conjuntamente con el Premio Pioneer de la Electronic Frontier Foundation y Lamarr también fue la primera mujer en recibir el Premio BULBIE Gnass Spirit of Achievement de la Convención de Invención, conocido como «Oscars of inventing».
En 2006, se fundó Hedy-Lamarr-Weg en Viena Meidling (distrito 12), que lleva el nombre de la actriz.
En 2013, el IQOQI instaló un telescopio cuántico en el techo de la Universidad de Viena, al que bautizaron en su honor en 2014.
El mismo año, se realizó la solicitud de Anthony Loder de que las cenizas restantes de su madre fueran enterradas en una tumba honoraria de la ciudad de Viena. El 7 de noviembre, su urna fue enterrada en el Cementerio Central de Viena en el Grupo 33 G, Tumba No. 80, no lejos de la tumba presidencial ubicada en el centro.
En 2014, Lamarr fue incluida a título póstumo en el National Inventors Hall of Fame para la tecnología de espectro ensanchado por salto de frecuencia.
El 9 de noviembre de 2015, Google la honró en su cumpleaños número 101 con un garabato.
El 27 de agosto de 2019, un asteroide recibió su nombre: 32730 Lamarr.
En cuanto a la cultura popular, algunos musicales y obras de teatro se inspiraron en ella, pero también fue mencionada en «La pequeña tienda de los horrores» o “Frequency Hopping”, así como en algunos documentales de televisión y capítulos de series científicas.
Matrimonios e hijos
Lamarr se casó y se divorció seis veces y tuvo tres hijos:
Hedy Lamarr y Friedrich Mandl, en el centro, el día de su boda. |
Lamarr y Gene Markey en 1939. |
Hedy Lamarr con los niños Denise y Anthony durante la Navidad, fotografiada por Allan Grant, 1949. |
Después de su sexto y último divorcio en 1965, Lamarr permaneció soltera durante los últimos 35 años de su vida.
De principio a fin, ella afirmó que James Lamarr Markey/Loder no tenía ninguna relación biológica y fue adoptado durante su matrimonio con Gene Markey. Sin embargo, años más tarde, James encontró documentación de que fue concebido fuera del matrimonio entre Lamarr y el actor John Loder, con quien más tarde se casó como su tercer marido. Ella tuvo dos hijos más con él: Denise (nacida en 1945) y Anthony (nacido en 1947) durante su matrimonio.
Reclusión
En las últimas décadas de su vida, el teléfono se convirtió en el único medio de comunicación de Lamarr con el mundo exterior, incluso con sus hijos y amigos cercanos. A menudo hablaba hasta seis o siete horas al día por teléfono, pero casi no pasaba tiempo con nadie en persona en sus últimos años.
En 2004 se estrenó un documental, Calling Hedy Lamarr, que presentaba a sus hijos, Anthony Loder y Denise Loder-DeLuca.
Muerte
Lamarr murió en Casselberry, Florida, el 19 de enero de 2000, de una enfermedad cardíaca, a la edad de 85 años. Su hijo Anthony Loder esparció sus cenizas en los bosques de Viena de Austria de acuerdo con sus últimos deseos.
En 2014 se inauguró un monumento a Lamarr en el Cementerio Central de Viena.
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