viernes, 25 de febrero de 2022

Faruq de Egipto


Faruq de Egipto (El Cairo, 11 de febrero de 1920 – Roma, 18 de marzo de 1965). Rey de Egipto. Sucedió a su padre Fu’ad I en 1936. Su título completo era «Su Majestad, Faruq, por la gracia de Dios, rey de Egipto y de Sudán, soberano de Nubia, Kordofán y Darfur.

En árabe su nombre se escribe فاروق الاول; también puede verse transcrito como Faruk y Farouk.

Su padre fue el rey Fu’ad I (entonces sultán) y su madre la reina Nazli.
 

De sus hermanas, la más conocida fue la princesa Fawzia de Egipto, que vivió hasta 2013.
El príncipe Farouk y sus hermanas, las princesas Fawzia, Faiza y Faika en el Palacio Al-Qibba en la década de 1920.
El príncipe Farouk y sus hermanas, las princesas Fawzia,
Faiza y Faika en el Palacio Al-Qibba en la década de 1920.

A los 15 años su padre, Fuad I, lo mandó a educarse a Inglaterra, pero a los seis meses Fuad falleció y Faruk se convirtió en rey con solo 16 años.
 
Príncipe Farouk en 1933.
Príncipe Farouk en 1933.


Era prácticamente un rey-niño, como aquellos que abundaron en la época faraónica. Fue coronado con dieciséis años y aquella fue la primera vez que el pueblo egipcio oyó la voz de un rey a través de la radio. Había recibido una cuidadosa educación en Egipto y en Gran Bretaña, y gozaba de aceptación popular al iniciar su reinado tanto por su juventud como por el origen netamente egipcio de su madre, la reina Nazli.
 

En aquella época era un joven apuesto y amable, con unos bonitos ojos azules ―por su estirpe albanesa― que pronto ocupó la prensa del corazón. 
 
Farouk durante sus estudios en Inglaterra en 1936.
Farouk durante sus estudios en Inglaterra en 1936.
 
Pese a estos inicios promisorios, pronto Faruq fue acusado de mantener un modo de vida excesivamente lujoso y pródigo en despilfarros, contrastando con el hambre y la pobreza que sufría la mayor parte de sus súbditos, lo cual rápidamente le tornó impopular entre su pueblo. Conocidos eran sus viajes a Europa, su afición por comprar automóviles caros y la inmensa fortuna que disponía en dinero, joyas, tierras y palacios.
 

Segunda Guerra Mundial
 
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Egipto aún mantenía tropas británicas estacionadas en su territorio, conforme a los tratados que el rey Fu’ad I había pactado con Gran Bretaña; ello causó que, en la práctica, Egipto no pudiera mantener una auténtica neutralidad en la contienda europea, rompiendo pronto relaciones con Alemania primero y con Italia después, aunque sin declarar la guerra a estos países. En ello, Faruq se ocupó de colaborar con los británicos aunque sin involucrar activamente a su país en la guerra.
 
Pese a esto, el lujoso modo de vida de Faruq fue objeto de fuertes críticas debido a las privaciones adicionales impuestas a sus súbditos. Especialmente condenada fue la conducta de Faruq durante los bombardeos italianos sobre el puerto de Alejandría, que nunca afectaron a su residencia a pesar de que toda la iluminación permanecía encendida (en contra de los requerimientos militares británicos de mantener apagadas las luces en la ciudad).
 
Las autoridades militares de Gran Bretaña (país que todavía disponía de tropas estacionadas en suelo egipcio) criticaron duramente en privado que el monarca se negara a apagar las luces de su residencia durante los bombardeos nocturnos de los italianos. También fue objeto de condena que mantuviera al personal de origen italiano de sus residencias y palacios, sin permitir que fueran internados como «extranjeros hostiles» al igual que los italianos del resto del país.
 
Faruq también mantuvo una actitud ambigua hacia el Eje entre los años 1939-1942, generada por su molestia personal ante las críticas británicas antes que por real simpatía ideológica hacia el fascismo, pero tal ambigüedad desapareció forzosamente tras los triunfos bélicos británicos que significaron la expulsión de las tropas ítaloalemanas del Norte de África.
 

Gobierno
 
El gobierno de Faruq se hizo bastante errático debido a la débil conducta del rey, muy despreocupado de la administración pública de Egipto y atento apenas en llevar una vida de placeres y lujos. Las amenazas políticas del nacionalismo y del incipiente socialismo árabe no fueron tomadas seriamente por el monarca, quien esperaba sostenerse en el poder gracias al apoyo de la reducida aristocracia local.
 
A Faruq se le consideró cleptómano por tener la costumbre de hurtar objetos personales de otros mandatarios en distintas visitas al exterior, aun siendo de poco valor, como una espada de su cuñado el Sha de Persia o un reloj de la casa del premier ministro británico sir Winston Churchill. Esta conducta personal, llena de extravagancias costosas junto a su gobierno despilfarrador y corrompido, le valieron el apodo de «el Ladrón de El Cairo». De igual manera, Faruq era acreedor de lujosas casas comerciales europeas y estadounidenses en tanto no cumplía con pagar los artículos suntuarios que había comprado en ellas.
 
La cleptomanía e incompetencia de Faruq fueron una pesada carga para el régimen, el cual se tornaba muy impopular entre el pueblo y la incipiente clase media. La derrota egipcia en la Guerra árabe-israelí de 1948 favoreció el aumento de la oposición republicana dentro del ejército, lo cual no alertó al rey Faruq, poco dado a intervenir en la política y más preocupado por los placeres y el lujo. Inclusive aliados tradicionales de la monarquía egipcia como Gran Bretaña (y luego los Estados Unidos) consideraban muy probable un destronamiento de Faruq si no se ejecutaban amplias reformas políticas y se imponía una conducta seria en la administración.
 

Vida privada

El 20 de enero de 1938 se casó con Safinaz Zulfikar (Farida de Egipto), en El Cairo. Toma el nuevo nombre de Farida, siguiendo la tradición de que los miembros de la familia deben llevar las mismas iniciales. De esta unión nacen tres hijas: la princesa Feriyal, la princesa Fawzia y la princesa Fadia.


De esta unión nacen tres hijas: 

Ferial de Egipto – (1938-2009)

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Fawzia de Egipto – (1940-2005)

Fawzia nació el 7 de abril de 1940 en el Palacio Abdeen de El Cairo . Fue nombrada en honor a su tía paterna , que, según los informes, era la hermana favorita del rey Farouk. Tenía 12 años cuando la Revolución de julio de 1952 obligó a su padre a abdicar y salir de Egipto. Junto con sus dos hermanas, viajó con el rey Faruk en su último viaje fuera de Egipto, y vivió con él en el exilio en Roma . Dos años más tarde, el rey envió a las tres jóvenes princesas a un internado suizo . Su madre, la reina Farida, se quedó en Egipto y se unió a sus hijas en Suiza solo una década después de la revolución.
 
Fawzia era un atleta consumada. Tomó lecciones de vuelo y obtuvo una licencia de piloto. Marinero profesional , logró alcanzar el grado de capitana y también fue una apasionada del buceo . Hablaba varios idiomas en francés , inglés , italiano , español y árabe , y aprobó un examen que la capacitó para trabajar como intérprete simultánea en Suiza. No había heredado una suma significativa y dependía de su trabajo de interpretación para ganarse la vida. Aunque había perdido su estatus real, Fawzia permanecía fuertemente unida a su tierra natal y visitaba Egipto tan a menudo como podía. A diferencia de sus dos hermanas, ella nunca se casó.
 
Enfermedad y muerte
 
En 1995, a Fawzia le diagnosticaron esclerosis múltiple , que la dejó paralizada y postrada en cama. Murió en Lausana el 27 de enero de 2005 a la edad de 64 años. Su cuerpo fue trasladado en avión a El Cairo, donde fue enterrado en la mezquita de Al-Rifa’i , como es tradicional para los miembros de la familia real egipcia el 30 de enero.

Fadia Farouk –  1943 – 2002

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Después del nacimiento de su tercera hija, Farouk repudia a Farida el 19 de noviembre de 1948.


En mayo de 1951 se casó con Narriman Sadek 

Narriman Sadek es hija de Hussain Fahmi Sadiq Bey, un alto funcionario egipcio y sobrina de un ministro. El rumor de que el rey Faruk se volvería a casar con ella ya se conocía en 1949. Un año antes, el rey Faruk había repudiado a su primera esposa de la que no tenía hijos varones. Habría conocido a su nueva esposa ese mismo año 1949 en una joyería en El Cairo. Luego fue enviada a la Embajada de Egipto en Roma para prepararse para sus futuras tareas, aprender varios idiomas extranjeros y se dice que está perdiendo peso.

La ceremonia de la boda tuvo lugar el después de una ceremonia muy codificada. La prometida de 17 años esperaba en una habitación de un palacio de El Cairo. Ni ella ni ninguna otra mujer asistieron a la ceremonia, según la tradición. mientras que en otra habitación su tío, Mohammed Ali Sadek Bey (su padre había muerto mientras tanto), colocó su mano derecha en la mano derecha del rey Farouk. El jeque Abdel Meguid Selim, rector de la Universidad Al-Azhar , extendió la mano sobre un pañuelo que cubría ambas manos y recitó versos del Corán. Luego se dispararon disparos de cañón que confirmaron a Narriman Sadek que se había convertido en reina.


La , Narriman Sadek dio a luz a un hijo, el futuro Fouad II .

Fouad II en 2015.
Fouad II en 2015.

Su segunda esposa, Narriman, le abandonó pronto, acusándole de malos tratos, y se volvió a Egipto. Tras divorciarse de su segunda esposa en 1956, tuvo como pareja a una joven cantante de ópera y ex Miss Nápoles, la italiana Irma Capece Minutolo di Canosa, aunque sin llegar a casarse con ella.


Faruq pasó su exilio entre banquetes y viajes de placer y sin desarrollar alguna actividad política de importancia, aunque sí sufrió durante esos años de una grave obesidad, aparejada con bulimia, llegando a pesar 136 kilogramos.


Derrocamiento
 
Faruq había ido ganando enemigos a lo largo de su reinado: los islamistas, los nacionalistas, los británicos… y la opinión pública en general, cuando se divorció de Farida. Solo le faltaba enajenarse a quien podía dar un golpe de Estado, el ejército. El fracaso en la primera guerra contra Israel en 1948 irritó a los militares, que hicieron responsable a su corrupto Gobierno.
La monarquía de Faruq terminó abruptamente cuando el Movimiento de Oficiales Libres, encabezado por los militares Gamal Abdel Nasser y Muhammad Naguib, diera un golpe de Estado el 23 de julio de 1952 y forzara poco después la abdicación del monarca en su cuarto hijo, apenas un bebé, Fu’ad II, fruto del matrimonio con su segunda esposa Narriman Sadiq. Poco antes de este evento, Faruq se había proclamado oficialmente descendiente de Mahoma.
 
 
Casi todos los bienes de Faruq en Egipto fueron confiscados cuando al año siguiente, en 1953, fue proclamada oficialmente la república con Gamal Abdel Nasser como presidente, quedando en poder del nuevo régimen valiosos objetos: desde lujosos automóviles europeos hasta porcelanas antiguas y joyas de oro y plata, pasando por muy costosas colecciones de numismática y filatelia, acumuladas en años. Todos estos bienes fueron prontamente vendidos ilegalmente por el Gobierno nasserista, inclusive mediante subastas en el extranjero, dispersando las colecciones de Faruq.
 

Exilio

Inmediatamente después de abolida la monarquía, partió al exilio a lo grande; en el yate real y con la bolsa llena Faruq se exilió en Italia primero, un país que le encantaba y en Mónaco más tarde. Su destierro dorado transcurrió entre la isla de Capri, Roma y Mónaco. No obstante las confiscaciones ejecutadas por el nuevo régimen, el depuesto rey conservó una gran fortuna: la que personalmente pudo llevarse al exilio, compuesta por algunas joyas de altísimo valor, y la que tenía depositada hacía varios años en bancos europeos.
 
Su admirado abuelo Ismael había muerto en el exilio al intentar beberse dos botellas de champán de un trago. Faruq logró emularlo, falleció en el Hospital San Camillo de Roma en 1965, al sufrir un ataque cardíaco en el restaurante Ile de France que le hizo desplomarse sobre su plato en medio de una opípara cena. El penúltimo rey de Egipto tenía 45 años y ya pesaba 140 kilos.

Personalidad
 
Faruk era una extravagancia histórica, un déspota oriental moderno, algo que no debería existir porque ambos términos, despotismo oriental y modernidad, son excluyentes. El último rey de Egipto parecía aceptar la máxima de Luis XV, “después de mí, el Diluvio”, e incluso adelantarla a su propio tiempo. “Dentro de poco solo quedarán cinco reyes, el de Inglaterra y los de la baraja”. Claro, que a veces Faruk creía ser uno de los de la baraja. En una ocasión se empeñó en que ganaba a un póker de damas con un trío de reyes. “Tengo póker, porque yo soy el cuarto rey”, impuso su real capricho.
 
Faruk no reinaba como un déspota oriental porque en Egipto, en el siglo XX, eso era ya imposible. Había partidos políticos, elecciones, Parlamento, prensa y una fuerte influencia occidental. Sin embargo, tenía gestos de aquellos déspotas orientales de los que hablaban ya los antiguos griegos, reyes-dioses, amos totales de la vida, hacienda y alma de sus súbditos.
 
Se divinizó a sí mismo, proclamándose descendiente de Mahoma ―aunque no le importaba la religión― y sobre todo vivía en un exceso de lujo y placer, aún más escandaloso por la pobreza que le rodeaba. Era capaz de matar él solo en una cacería 344 patos, de comer el caviar con cuchara sopera, de hacer que su segunda esposa, Narriman, llevara un vestido de boda adornado con 120.000 diamantes para darle en la cara a quienes habían criticado que se casara con una plebeya, como si el rey Faruk no pudiese hacer lo que le viniera en gana.
 
Mientras el pueblo pasaba hambre él organizaba fastuosas fiestas en las que no faltaba de nada y donde mostraba con orgullo a sus invitados los miles de objetos que había coleccionado a lo largo de su vida. Muchas de esas piezas valoradas en millones de dólares, se gastó multimillonarias sumas de dinero en adquirir todo aquello que se le encaprichaba. Contaba con una extensa colección de monedas de oro, pero la de mayor valor era la “Double Eagle” (Águila Doble) una moneda de oro de 20 dólares acuñada en 1933 y que se considera como la moneda más cara del mundo.
 
Y sin embargo, procuró traer progreso a su pueblo, siguiendo el ejemplo modernizador de Mehmet Alí, el plantador de tabaco albanés tatarabuelo de Faruk, fundador de su dinastía y creador del Egipto moderno. Faruk estableció la enseñanza obligatoria, favoreció el desarrollo agrícola con ayudas a los campesinos pobres ―o sea, todos los campesinos― y la sanidad pública y tuvo la visión de estadista de crear la Liga de Estados Árabes, un gran invento político, aunque nunca haya funcionado. Pero no podía prescindir de los gestos de déspota oriental: al principio de su reinado sobrevolaba en avioneta las aldeas del Delta del Nilo e iba tirando pelotas de ping pong. El campesino que conseguía una pelotita iba luego a palacio y lo colmaban de golosinas, así el joven Faruk se sentía Dios repartiendo mercedes desde el cielo.
 
Pero también cabe destacar la extraña personalidad de Farouk y sobre todo su comportamiento durante la Segunda Guerra Mundial. Se suponía que el país que reinaba era afín a los intereses de los Aliados, teniendo que facilitar todo lo que los ejércitos de esas potencias precisasen, pero en realidad lo que este extravagante monarca admiraba era el modelo de vida y gobierno alemán, llegando a enviar un telegrama a Hitler para agradecerle su interés en invadir Egipto.
En cierta ocasión tuvo una pesadilla en la que soñó que era devorado por unos leones. Tras despertar no se le ocurrió otra cosa que acudir al zoológico y disparar a los felinos que estaban encerrados en sus jaulas.
 
Ya en sus últimos años de reinado, el monarca, que en sus tiempos de juventud había sido considerado todo un galán, comenzó a sentir un apetito voraz, comiendo a todas horas y de manera descontrolada. Muchas son las fuentes que afirman que llegaba a beberse una treintena de refrescos al día y que engullía carísimo caviar directamente de la lata. Su porte elegante y delgado se fue deformando, llegando a sobrepasar los 135 kilos de peso.

Muerte
 
El 18 de marzo de 1965 Faruk llegó antes de la medianoche al restaurante Ile de France, en la Vía Aurelia de Roma, para caer muerto sobre su mesa ante el estupor de los demás comensales. Faruk, de legendaria belleza, era ahora un hombre enorme, gordo, avejentado y calvo.
 
En apenas unos minutos, el rey comió una docena de ostras crudas salpicadas de salsa Tabasco, tarta de langosta, cordero asado, papas asadas, vino, dos naranjas, una mandarina, un café, dos botellas de agua y una Coca Cola. Tras fumar un puro, el fabuloso Faruk, que pesaba casi 140 kilos, cayó muerto. Una ambulancia de la Cruz Roja llegó al lugar para tratar de reanimar al rey en vano.
 
Al hacerle la autopsia, se descubrió que el rey tenía en su bolsillo dos billetes de 1.000 dólares y una pistola. El que había sido el monarca más deslumbrante y derrochador del mundo yacía ahora muerto sobre el suelo de un restaurante y, después, en la helada morgue de un hospital público.
 
Al momento de su muerte, el antiguo rey no tenía palacios de mármol a orillas del Nilo, sino que habitaba en un modesto departamento de Roma donde no atesoraba muchas cosas de valor aparte de algo de dinero y recuerdos. Entre los más valiosos, una pistola que llevaba siempre consigo, un reloj de oro, un ejemplar del Corán y 97.000 liras italianas.
 
La popularidad que gozaba en Roma, donde era fácil verle en locales nocturnos o en la famosa Vía Véneto de la Dolce vita, hizo que su muerte fuera el tema de conversación entre los romanos, que lo reconocían por sus gafas negras y su puro, acompañado por su guardia personal y muchas veces por la hermosa Irma.
 
En su antiguo reino, donde había vivido esplendorosamente, los egipcios reaccionaron con melancolía. La dictadura egipcia solo se pronunció sobre la muerte del antiguo rey para rogar “que Dios pueda perdonarlo”.

Entierro

El deseo del rey Farouk era ser enterrado en la mezquita de Al-Rifai en Egipto, pero el presidente Nasser se niega a responder favorablemente a la solicitud de la familia. Por tanto, se hicieron los preparativos para su entierro en Roma. Después de la mediación , Nasser acepta este entierro en Egipto, pero estipula que Farouk no puede ser enterrado en los cementerios de la mezquita de Al-Rifai. El 31 de marzo de 1965 , el cuerpo del rey Faruk llegó a Egipto para ser enterrado de noche y en el mayor secreto en Hosh al-Basha.

En la década de 1970 , el presidente Sadat accedió al pedido de la familia al autorizar el traslado de los restos del rey Farouk al cementerio de la mezquita Al-Rifai, nuevamente de noche y bajo estrecha vigilancia, donde fueron enterrados junto a los de su padre el rey Fouad y su abuelo, el Jedive Ismail.

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