Nació en el palacio de Aoyama en Tokio, el primogénito del futuro emperador Yoshihito y de la princesa Sadako. Llamado Michi no miya (Príncipe Michi), fue separado de sus padres a muy temprana edad, tal como marcaba la tradición, y educado por preceptores designados. De todos ellos, el que mayor afecto despertó en el joven príncipe (comparable al paterno-filial) fue el general Nogi Maresuke, un veterano militar ultranacionalista, que se suicidó tras la muerte del emperador Meiji por devoción al desaparecido monarca, siendo reemplazado por el almirante Heihachiro Togo, héroe de la guerra ruso-japonesa.
A la muerte de su abuelo, el emperador Meiji, el 30 de julio de 1912, se convirtió en príncipe heredero (formalmente la ceremonia tuvo lugar el 2 de noviembre de 1916). Ingresó en la escuela Gakushuin desde 1908 a 1914, y luego en un instituto especial para el príncipe heredero desde 1914 a 1921. Se convirtió en el primer príncipe en viajar al extranjero cuando en 1921 visitó Europa.
Durante los seis meses del viaje, Hirohito visitó siete países, incluyendo: Inglaterra, Francia, Italia, Bélgica, los Países Bajos y la Ciudad del Vaticano. El 29 de noviembre de 1921 se convirtió en regente, debido a la enfermedad de su padre.
Se casó con la princesa Kuni Nagako (久邇宮良子女王, Kuni-no-miya Nagako-joō), la hija del príncipe Kuni Kuniyoshi, el 26 de enero de 1924. Tuvieron siete hijos, entre ellos Akihito, quien nació el 23 de diciembre de 1933, y llegaría a ser el siguiente emperador.
Ascensión al trono
El 25 de diciembre de 1926 tras la muerte de su padre Yoshihito, le sucedió en el trono con el título de Shōwa (Paz Ilustrada). Fue el primer emperador en siglos cuya madre biológica era la esposa oficial del anterior emperador.
En la primera parte de su reinado hasta 1945, se asistió al incremento de la influencia del poder militar sobre el gobierno. El ejército imperial estaba excluido del gobierno desde 1900, aunque practicó el asesinato de políticos entre los que destacó el del primer ministro Tsuyoshi Inukai en 1932. Desde entonces los militares controlaron la política hasta la derrota en la guerra.
El emperador Hirohito con su caballo blanco favorito, llamado Shirayuki («nieve blanca»), 1935 |
Segunda Guerra Mundial
Hirohito vestido de uniforme militar en 1935 |
De acuerdo con la concepción tradicional, Hirohito era de carácter reservado y tranquilo, mucho más mesurado que los generales del ejército. Según esta concepción, su carácter de divinidad le hacía tener distanciamiento de quienes conducían los destinos militares de su país.
Por otro lado, en los años posteriores a la muerte de Hirohito han salido a la luz numerosos documentos no publicados hasta entonces, incluyendo los diarios de importantes personajes de la Corte imperial de la época (los diarios de Koichi Kido, señor del Sello Privado, correspondientes al período 1940-45, del general Hajime Sugiyama, Jefe de Estado Mayor durante la guerra, de Nobuaki Makino, gran chambelán del emperador de 1925 a 1935 o el de su ayudante de campo, Takeji Nara, por citar unos cuantos).
Estos diarios sugieren que la participación de Hirohito en la Segunda Guerra Mundial fue mucho más activa de lo que, desde 1945, ha venido sosteniendo la concepción tradicional, generando una fuerte controversia sobre el alcance de la responsabilidad del emperador, controversia que persiste desde que se ha conocido esta documentación. Así, autores como el británico Edward Behr, los estadounidenses Peter Wetzler y Herbert Bix, el neerlandés Ian Buruma, el español Manuel Leguineche o los japoneses Akira Yamada y Akira Fujiwara, sostienen que fue Hirohito quien condujo a Japón a la guerra.
Igualmente, en diciembre de 1990, el periódico japonés Bungei Shunju publicó póstumamente un monólogo del emperador, conocido como dokuhakuroku, que data de 1946, y en el que Hirohito se autoproclama ajeno a la política bélica japonesa, pero al mismo tiempo justifica la misma en un supuesto racismo de las Potencias Occidentales, que no habían tratado a Japón en pie de igualdad en las Conferencias de Paz tras la Primera Guerra Mundial, y en la «educación antijaponesa» que se impartía en China, para concluir que no fue posible evitar la guerra a causa de estas actitudes. En este monólogo, Hirohito se refiere a su primer ministro de la guerra, general Hideki Tōjō, como un «leal servidor».
De acuerdo con el historiador japonés Akira Fujiwara, el emperador, incluso, ratificó personalmente, el 5 de agosto de 1937, la proposición de su ejército para eludir las restricciones del Derecho Internacional sobre el trato a los prisioneros chinos. Más aún, los trabajos de Yoshiaki Yoshimi y Seiya Matsuno muestran que Hirohito autorizó a través de órdenes específicas (rinsanmei) el uso de armas químicas contra los chinos. Por ejemplo, durante la invasión de Wuhan, de agosto a octubre de 1938, el emperador autorizó el uso de gas tóxico en 375 ocasiones distintas, a pesar de la resolución adoptada por la Sociedad de Naciones el 14 de mayo condenando el uso de gas tóxico por el ejército japonés.
Firmó la orden en la que se debería entrar en guerra con los Países Bajos, Reino Unido y los Estados Unidos si sus demandas de vía libre en China e Indochina no eran satisfechas. Meses antes los estadounidenses habían suspendido el envío de petróleo a Japón como medida de presión.
El emperador Hirohito y Shirayuki en 1938 |
El primer ministro, príncipe Fumimaro Konoe, era muy reticente a iniciar una guerra contra los Estados Unidos y los países de la Commonwealth. Sin embargo, el emperador Hirohito se inclinó finalmente por las tesis del sector más belicista, como el propio Konoe admitiría ante su jefe de gabinete, Kenji Tomita. Ante su aislamiento en el Gobierno y la falta de apoyo del emperador, Konoe se vio forzado a dimitir el 16 de octubre de 1941. Para reemplazarlo, Hirohito eligió, de acuerdo con la recomendación del Señor del Sello Privado, Koichi Kido, al hasta entonces ministro de la Guerra, general Hideki Tōjō, una de las figuras más destacadas del sector belicista, encargándole la organización del ataque contra la flota estadounidense en el Pacífico.
El 1 de diciembre, en una Conferencia Imperial celebrada en Tokio, Hirohito dio su aprobación oficial al comienzo de la guerra.
Así pues, el 8 de diciembre (7 de diciembre en Hawái) de 1941, se atacó simultáneamente Pearl Harbor y todo el sureste asiático.
Con la nación plenamente comprometida en la guerra, el emperador tomó un gran interés en el progreso militar y trató de estimular la moral. De acuerdo con Akira Yamada y Akira Fujiwara, Hirohito hizo importantes intervenciones en algunas operaciones militares. Por ejemplo, presionó a Sugiyama en cuatro ocasiones, el 13 y el 21 de enero, y el 9 y 26 de febrero de 1942, para aumentar los efectivos y lanzar un ataque contra Bataan.
El 9 de febrero, el 19 de marzo y el 29 de mayo, el emperador ordenó al Jefe del Estado Mayor del Ejército examinar las posibilidades para un ataque en Chungking, lo que condujo a la Operación Gogo.
A principios de 1945, tras la derrota en la batalla de Leyte, Hirohito inició una serie de reuniones individuales con oficiales de alto rango del Gobierno para evaluar el progreso de la guerra. Todos, excepto el exprimer ministro Fumimaro Konoe aconsejaron continuar la guerra. Konoe temía una revolución comunista incluso más que la derrota en la guerra e insistía en una rendición negociada. En febrero de 1945, durante la primera audiencia privada con el emperador que le había sido permitida en tres años, Konoe aconsejó a Hirohito iniciar negociaciones para finalizar la guerra. De acuerdo con el Gran Chambelán Hisanori Fujita, el emperador, que buscaba todavía una tennozan (una gran victoria) para obtener una posición negociadora más fuerte, rechazó firmemente la recomendación de Konoe.
Con la guerra perdida, los japoneses continuaron ante la petición aliada de rendición incondicional, lo que suponía probablemente la eliminación de la figura del emperador. Sin embargo, pese a la ocupación estadounidense, durante los Juicios de Tokio el emperador recibió inmunidad en su favor no siendo acusado.
Reinado desde 1945
El general MacArthur junto al emperador Hirohito en su primer encuentro en 1945, negociando las condiciones del nuevo estado japonés posterior a la Segunda Guerra Mundial. |
El 15 de agosto de 1945, tras el bombardeo nuclear y la entrada de la Unión Soviética en la guerra, Hirohito anunció por radio la rendición. Ésta era la primera vez que los súbditos japoneses escuchaban la voz de Hirohito y tras el discurso de rendición, muchos aviadores y militares japoneses se suicidaron.
A pesar de solicitarse su enjuiciamiento como criminal de guerra, el general Douglas MacArthur insistió en conservar a Hirohito como emperador como símbolo de la continuidad y cohesión del pueblo japonés, así como para que aceptasen la ocupación más fácilmente. Sin embargo, algunos historiadores critican su trabajo para exonerar de toda investigación criminal al Emperador Shōwa y al resto de miembros de la familia imperial implicados en la guerra, como los príncipes Yasuhito Chichibu, Yasuhiko Asaka, Tsuneyoshi Takeda, Naruhiko Higashikuni y Hiroyasu Fushimi.
El 26 de noviembre de 1945, MacArthur confirmó al Almirante Mitsumasa Yonai que la abdicación del emperador no sería necesaria. MacArthur no solo exoneró a Hirohito, sino que ignoró el consejo de varios miembros de la familia imperial e intelectuales japoneses, que pidieron públicamente la abdicación del Emperador y el establecimiento de una regencia. Por ejemplo, el príncipe Takahito Mikasa, hermano menor del Emperador, llegó a afirmar en una reunión del consejo privado, en febrero de 1946, que Hirohito debía asumir la responsabilidad de la derrota; el famoso poeta Tatsuji Miyoshi escribió un ensayo en la revista Shinchô titulado «El Emperador debe abdicar enseguida».
Según el historiador Herbert Bix, MacArthur y Bonner Fellers habían preparado su propia aproximación a la ocupación y reforma del Japón. MacArthur proponía no modificar en lo más mínimo la situación de la figura del Emperador; se limitó a continuar la situación existente durante el último año de la guerra, resolviendo sus implicaciones a medida que las circunstancias lo requerían. El plan de acción, llamado «Operación Lista Negra» de manera informal, consistía en separar a Emperador Shōwa de los militaristas, manteniéndole como elemento de legitimación de las fuerzas de ocupación aliadas, y usando su imagen para potenciar la transformación del pueblo japonés hacia un nuevo sistema político.
Meses antes de que iniciara sus actividades el Tribunal de Tokio, los más altos subordinados de MacArthur trabajaban en atribuir la responsabilidad última de Pearl Harbor a Hideki Tojo.
Citando los debates entre Harry S. Truman, Dwight D. Eisenhower y el propio MacArthur, Bix afirma que inmediatamente después de desembarcar en Japón, Bonnie Fellers se puso a trabajar en la protección de Hirohito del papel que había desempeñado durante y al final de la guerra, permitiendo a los principales sospechosos de crímenes de guerra coordinar sus versiones, a fin de proteger al Emperador y evitar que pudiera ser juzgado.
Dice también John Dower,
Esta exitosa campaña para absolver al Emperador de cualquier responsabilidad de guerra no conoció límites. Hirohito no solo fue presentado como inocente de cualquier acto formal que pudiera hacerle susceptible de ser juzgado por crímenes de guerra. Fue convertido en una figura casi angelical que ni tan solo tenía alguna responsabilidad moral por la guerra. Con el apoyo completo del cuartel general de MacArthur, la acusación funcionó, de hecho, como un abogado defensor del Emperador.
En el llamado ningen sengen (人間宣言), Emperador Shōwa fue obligado a renunciar a su estatus divino que le daba la constitución de 1889, como descendiente de Amaterasu. La soberanía imperial fue transformada en monarquía constitucional en 1946.
A lo largo de su vida en la posguerra mantuvo un perfil relativamente bajo y estuvo interesado en la biología marina, publicando numerosos trabajos sobre el tema.
Hirohito durante una conferencia del presidente estadounidense Richard Nixon, 1971. |
Muerte
En 1987, se sometió a una intervención quirúrgica en el páncreas, porque había estado padeciendo diversos trastornos digestivos desde hacía unos meses. En la operación, los médicos descubrieron que Hirohito tenía cáncer.
Se recuperó exitosamente de la operación, y aparentó tener buena salud durante unos meses, hasta que, el 19 de septiembre de 1988 sufrió un colapso en el palacio, y a partir de entonces su salud fue empeorando. Sufrió graves hemorragias internas hasta su muerte, el 7 de enero de 1989.
Su funeral fue el día 24 de febrero, y en el mismo se contó con la presencia de varios líderes mundiales, como el presidente de EE.UU. George Bush padre. Actualmente está enterrado en el mausoleo imperial de la ciudad de Hachiōji, a 40 kilómetros al oeste de Tokio. Hirohito no fue incinerado como es práctica habitual en el país. La última incineración de un emperador japonés tuvo lugar en 1617.
Tumba del Emperador Shōwa en Hachiōji. |
De acuerdo con la tradición monárquica japonesa, fue enterrado con sus más preciados objetos personales; Un microscopio fabricado en Alemania con el que Hirohito realizaba sus estudios biológicos de especies marinas y una caja de madera de ciprés donde el emperador guardaba la clasificación de los principales competidores en los torneos de sumo, la lucha japonesa entre gigantes, acompañan al emperador en su tumba, junto con su sombrero, varios trajes, corbatas y zapatos.
Hijos de la Emperatriz Kōjun e Hirohito
- Princesa Shigeko, Princesa Teru (9 de diciembre de 1925 – 23 de julio de 1961).
- Princesa Sachiko, Princesa Hisa (10 de septiembre de 1927 – 8 de marzo de 1928).
El 10 de septiembre de 1927 nació el segundo hijo del Emperador y de la Emperatriz, una hija que pesaba 3,3 kilogramos y tenía una longitud de 51 centímetros.
La princesa fue nombrada Sachiko el 16 de septiembre, un nombre elegido por el emperador mismo. La princesa creció firmemente y fue amamantada.
Para el 27 de febrero, la princesa desarrolló un eczema y fiebre alta y se le diagnosticó catarro. El 1 de marzo, el médico anunció que nadie debía preocuparse y, el 3 de marzo, se anunció que debía recuperarse. Sin embargo, el 4 de marzo, la princesa desarrolló una fiebre muy alta, 39 ° C y, a las 9 pm, se sospechó de sepsis. Los eventos de cumpleaños de la emperatriz fueron cancelados el 6 de marzo.
El 8 de marzo, su condición médica continuó deteriorándose y la princesa infantil murió a las 3:38 am. El emperador ordenó al ejército que cesara sus acciones para el día y decretó un día de luto nacional. El 13 de marzo, la princesa fue enterrada en una ceremonia simple en el cementerio de Toshimagaoka. La emperatriz estaba destrozada; Ella sostenía una muñeca del mismo tamaño que Sachiko por días y no tendría otro niño por un año más.
- Princesa Kazuko, Princesa Taka (30 de septiembre de 1929 – 28 de mayo de 1989).
- Princesa Atsuko, Princesa Yori (7 de marzo de 1931).
- Príncipe Akihito de Tsugu, emperador de Japón (23 de diciembre de 1933). Fue el 125.º emperador de Japón y actualmente emperador emérito tras abdicar al trono el 30 de abril de 2019
- Príncipe Masahito de Yoshi, Príncipe Hitachi (28 de noviembre de 1935).
- Princesa Takako, Princesa Suga (2 de marzo de 1939).
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