Jorge V del Reino Unido (George Frederick Ernest Albert, 3 de junio de 1865 – 20 de enero de 1936) fue rey del Reino Unido y los dominios de la Mancomunidad Británica y emperador de la India del 6 de mayo de 1910 hasta su muerte en 1936.
Como segundo hijo de Alberto Eduardo, príncipe de Gales, y nieto de la monarca reinante británica, la reina Victoria, al momento de su nacimiento era tercero en la línea de sucesión, detrás de su padre y su hermano mayor, el príncipe Alberto Víctor, duque de Clarence y Avondale. Sirvió en la Royal Navy de 1877 a 1891, hasta que en enero de 1892, el inesperado fallecimiento de su hermano lo situó directamente en la línea de sucesión al trono. A la muerte de Victoria en 1901, Alberto Eduardo se convirtió en el rey Eduardo VII y Jorge fue nombrado príncipe de Gales. Tras la muerte de su padre en 1910, Jorge lo sucedió como rey emperador del Imperio británico. Fue el único emperador de la India en asistir a su propia Delhi Durbar.
Como resultado de la Primera Guerra Mundial, cayeron los imperios de sus primos, el zar Nicolás II de Rusia y el káiser Guillermo II de Alemania, mientras el británico se expandía a su máxima extensión. En 1917, Jorge se convirtió en el primer monarca de la casa de Windsor, nombre con el que rebautizó a la casa de Sajonia-Coburgo-Gotha a consecuencia del antigermanismo imperante. Su reinado vio el surgimiento del socialismo, comunismo, fascismo, republicanismo irlandés y el movimiento de independencia de la India, que cambiaron radicalmente el panorama político. La ley del Parlamento de 1911 estableció la supremacía de la Cámara de los Comunes —cuyos miembros son electos democráticamente— sobre la Cámara de los Lores —cuyos miembros no tienen que pasar por elecciones.
En 1924, designó por vez primera un primer ministro laborista y en 1931, el estatuto de Westminster reconoció los dominios del Imperio como reinos independientes dentro de la Mancomunidad Británica de Naciones. Se vio afectado por distintas enfermedades a lo largo de la última parte de su reinado y después de su muerte fue sucedido por su hijo mayor, Eduardo VIII.
Jorge nació el 3 de junio de 1865 en Marlborough House en Londres, fue el segundo hijo de los entonces príncipes de Gales, Alberto Eduardo VII y Alejandra de Dinamarca.
Su padre era el primogénito de la reina Victoria del Reino Unido y el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. Su madre era la hija mayor del rey Christian IX de Dinamarca.
Como hijo del príncipe de Gales y nieto en línea masculina de la monarca británica, recibió desde su nacimiento el tratamiento de Su Alteza Real y el título de príncipe Jorge de Gales. Fue bautizado por Charles Longley, arzobispo de Canterbury, el 7 de julio de 1865, en la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor.
Como hijo menor del príncipe de Gales había pocas posibilidades de que llegara a convertirse en rey, ya que era el tercero en la línea de sucesión al trono después de su padre y su hermano, el príncipe Alberto Víctor. Jorge era solo diecisiete meses menor que Alberto Víctor y dada la cercanía en edad los dos príncipes fueron educados juntos; en 1871, se designó como tutor a John Dalton Neale. Ninguno de los dos príncipes destacó intelectualmente. Como su padre pensaba que la marina era «la mejor formación posible para cualquier niño», en septiembre de 1877, cuando Jorge tenía doce años, ambos hermanos se unieron como cadetes al buque de entrenamiento HMS Britannia en Dartmouth, Devon.
Durante tres años a partir de 1879, los hermanos sirvieron en el HMS Bacchante, acompañados por Dalton. Recorrieron las colonias del Imperio británico en el Caribe, Sudáfrica y Australia y visitaron Norfolk, Virginia, así como América del Sur, el Mediterráneo, Egipto y Asia oriental.
En Japón, Jorge se tatuó un dragón azul y rojo en el brazo con un artista local. Dalton escribió un relato de su viaje titulado The Cruise of HMS Bacchante.
Entre Melbourne y Sídney, Dalton registró un avistamiento del holandés errante, un mítico barco fantasma. Cuando regresaron a Gran Bretaña, la reina Victoria se quejó de que sus nietos no supieran hablar francés o alemán, por lo que pasaron seis meses en Lausana en un último intento fallido de aprender otro idioma. Los hermanos fueron separados después de su estancia en Lausana; Alberto Víctor asistió al Trinity College de Cambridge, mientras que Jorge continuó en la Marina Real Británica.
Viajó por el mundo y visitó muchas áreas del Imperio británico y sirvió activamente hasta su última misión en 1891-1892. Después, su rango naval fue en gran medida honorario.
Matrimonio
Como estaba destinado a hacer carrera en la marina, Jorge sirvió durante muchos años bajo el mando de su tío, el príncipe Alfredo, duque de Edimburgo, que estaba emplazado en Malta. En consecuencia, convivió muy de cerca con su prima, la princesa María de Edimburgo, y se enamoró de ella. La reina Victoria, el príncipe de Gales y el duque de Edimburgo aprobaron la elección, pero las madres de ambos —la princesa de Gales y la duquesa de Edimburgo— se opusieron. La princesa de Gales pensaba que la familia de María era demasiado progermánica y que a la duquesa de Edimburgo le disgustaba Inglaterra.
La madre de María era la única hija del zar Alejandro II de Rusia y le molestaba el hecho de que, como esposa de un hijo menor de la soberana británica, tenía que ceder la precedencia a la madre de Jorge, la princesa de Gales, cuyo padre había sido un príncipe alemán menor antes de ser llamado inesperadamente al trono de Dinamarca. Guiada por su madre, María rechazó la propuesta matrimonial; finalmente se casó en 1893 con el príncipe Fernando, heredero al trono de Rumania.
En diciembre de 1891, el hermano mayor de Jorge, el príncipe Alberto Víctor, se comprometió con su prima, la princesa Victoria María de Teck, quien dentro del ámbito familiar era llamada coloquialmente «May», debido al mes de su nacimiento. El padre de May, Francisco, duque de Teck, pertenecía a una rama morganática de la casa de Württemberg. Su madre, la princesa María Adelaida de Cambridge, era nieta en línea masculina del rey Jorge III y prima de la reina Victoria.
Alberto Víctor murió de neumonía seis semanas después del compromiso formal y dejó a Jorge como segundo en la línea de sucesión al trono y con la posibilidad de reinar después de su padre. El mismo Jorge recién se recuperaba después de estar confinado en cama durante seis semanas con fiebre tifoidea, la enfermedad que en ese entonces se creía que causó la muerte de su abuelo, el príncipe Alberto.
La reina Victoria todavía consideraba a la princesa de Teck como la elección adecuada para uno de sus nietos; mientras tanto, la relación entre Jorge y María se fue estrechando durante el período de duelo compartido. Un año después de la muerte de Alberto Víctor, Jorge le propuso matrimonio a María y ella aceptó.
Jorge en 1893. |
María y el príncipe Jorge se casaron el 6 de julio de 1893 en la Capilla Real del palacio de St. James en Londres. La celebración contó con la presencia de la familia real británica en pleno, monarcas de muchas naciones europeas y personajes de la más alta nobleza, entre los que se encontraban la reina Victoria, el rey Cristián IX de Dinamarca —abuelo materno del novio— y el zarévich Nicolás.
El cortejo nupcial marchó desde el palacio de Buckingham con dirección al palacio de St. James y a todo lo largo del trayecto, decorado especialmente para la ocasión, se reunió una multitud. Se estimó que 2.000.000 de personas salieron a las calles a presenciar el paso de la comitiva. Según The New York Times, «el evento eclipsó, en pompa y esplendor, a cualquier ceremonia de estado efectuada recientemente en relación con la corte británica». El servicio religioso fue conducido por el arzobispo de Canterbury, Edward White Benson.
Duque de York
York Cottage en Sandringham House: Jorge y María vivieron allí de 1893 a 1926 |
La muerte de su hermano mayor terminó con la carrera naval de Jorge, debido a que ahora estaba directamente en la línea de sucesión al trono. La reina Victoria le otorgó los títulos de duque de York, conde de Inverness y barón de Killarney el 24 de mayo de 1892; además, J. R. Tanner le impartió lecciones de historia constitucional. Después del matrimonio, María recibió el tratamiento de Su Alteza Real y el título de duquesa de York.
Los duques de York vivieron principalmente en York Cottage, una casa relativamente pequeña en Sandringham, Norfolk, donde su forma de vida semejó más la de una familia de clase media acomodada, que la de miembros de la realeza.
Jorge prefería una vida simple, casi tranquila, en marcado contraste con la animada vida social seguida por su padre. Su biógrafo oficial, Harold Nicolson, definió más adelante con desilusión el periodo de Jorge como duque de York: «pudo estar bien como joven guardiamarina y como un viejo rey sabio, pero cuando fue duque de York… no hizo nada en absoluto, excepto matar animales y pegar sellos».
Jorge era un conocido coleccionista de sellos, actividad que Nicolson menospreciaba. Sin embargo, desempeñó un importante papel en convertir la colección filatélica real en la más completa colección de sellos del Reino Unido y la Mancomunidad de todo el mundo y en algunos casos llegó a establecer precios récord de compra.
Durante los siguientes años la pareja tuvo seis hijos:
Eduardo, nacido en 1894 y quien más tarde sería Eduardo VIII, casado en 1937 con Wallis Simpson
Alberto, nacido en 1895, que más tarde sería Jorge VI, casado en 1923 con Isabel Bowes-Lyon y padre de Isabel II del Reino Unido
María, nacida en 1897 y casada en 1922 con Enrique Lascelles, conde de Harewood
Enrique, nacido en 1900 y casado en 1935 con Lady Alicia Montagu Douglas Scott
Jorge, nacido en 1902 y casado en 1934 con la princesa Marina de Grecia y Dinamarca
Juan nacido en 1905.
El príncipe Juan Carlos Francisco (en inglés HRH Prince John Charles Francis, 12 de julio de 1905 – 18 de enero de 1919) fue un miembro de la Familia Real Británica, y el hijo menor del rey Jorge V del Reino Unido y su esposa, la reina María. Fue un príncipe enfermizo que sufría de epilepsia, y que permaneció recluido por sus padres durante gran parte de su vida, apartado de la vida pública.
Enfermedad y reclusión
El príncipe Juan sufrió su primer ataque epiléptico a los cuatro años. No asistió a la coronación de su padre, que tuvo lugar el 22 de junio de 1911. En 1910, tras el fallecimiento de su abuelo, sus padres se convirtieron en reyes de Gran Bretaña.
Con doce años su condición empeoró notablemente, y se instaló en Wood Farm, cerca de Sandringham House. El príncipe Juan pudo disfrutar allí de una vida feliz aunque limitada, pues fue apartado de todo acto público en el que participaban sus padres y hasta sus hermanos. Estuvo al cuidado de una niñera, Charlotte Bill (1875-1965), a la que llamaba afectuosamente Lala, y también tuvo a su servicio una cocinera, un cochero, una doncella y hasta un tutor privado, Henry Peter Hansell (1863-1935).
El príncipe, al que afectuosamente todos llamaban Johnnie, también tenía un jardín privado donde plantaba y pasaba la mayor parte de su tiempo. Poseía un gran número de juguetes y libros. Se cree que su epilepsia era producida por un leve autismo que padecía.
Muerte
El príncipe Juan falleció en Wood Farm el 18 de enero de 1919. Sus padres no se encontraban allí, sino que estaban en el Palacio de Buckingham. Fue enterrado el 21 de enero en el cementerio de la iglesia donde había sido bautizado 13 años antes.
Desde entonces, ningún miembro de la Familia Real Británica se atreve a darle el nombre de Juan (John) a sus hijos varones por fatalismo y superstición, ya que la muerte prematura del joven príncipe les causó una fuerte influencia e impresión negativa.
Randolph Churchill afirmaba que Jorge era un padre estricto, hasta el punto en que aterrorizaba a sus hijos y porque, supuestamente, el mismo Jorge le comentó a Edward Stanley, décimo séptimo conde de Derby: «Mi padre tuvo miedo de su madre, yo tenía miedo de mi padre y me encargaré de que mis hijos me teman a mí». En realidad, no hay ninguna fuente directa para esta cita y es probable que el estilo de crianza de Jorge fuera muy parecido al acostumbrado por la mayoría de la gente de la época.
George V y su familia |
Príncipe de Gales
Como duque y duquesa de York, Jorge y María llevaron a cabo una amplia variedad de funciones públicas. A la muerte de la reina Victoria, el 22 de enero de 1901, el padre de Jorge ascendió al trono como Eduardo VII. Jorge heredó los títulos de duque de Cornualles y duque de Rothesay y durante gran parte del resto de ese año recibió el tratamiento de Su Alteza Real el duque de Cornualles y York.
En 1901, Jorge y María recorrieron el Imperio británico. Su gira incluyó Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y la colonia de Terranova. El recorrido fue diseñado por el secretario colonial Joseph Chamberlain, con el apoyo del primer ministro Lord Salisbury. Su principal objetivo era premiar a los dominios por su participación en la guerra de Sudáfrica de 1899. Jorge entregó ceremoniosamente a las tropas coloniales, miles de medallas de la guerra sudafricana diseñadas especialmente.
En Sudáfrica, la comitiva real fue recibida con elaboradas decoraciones, regalos caros, fuegos artificiales y reuniones con los dirigentes municipales, líderes africanos y los prisioneros Bóeres. A pesar de las manifestaciones públicas, no todos los residentes respondieron favorablemente a la visita. Muchos afrikáners blancos del Cabo resintieron las exhibiciones y los gastos, ya que la guerra había debilitado su capacidad de conciliar su cultura afrikáner holandesa con su estatus como súbditos británicos. Los críticos de la prensa en lengua inglesa condenaron el enorme costo de la visita en un momento en el que las familias enfrentaban graves dificultades.
En Australia el duque abrió la primera sesión del Parlamento australiano desde la creación de la Mancomunidad de Australia. La gira le brindó a Nueva Zelanda la oportunidad de lucir su progreso, especialmente la adopción de los estándares británicos modernos en comunicaciones y en la industria manufacturera. El duque elogió los valores militares, la valentía, la lealtad y el apego al deber de los neozelandeses. El objetivo implícito era promocionar los atractivos de Nueva Zelanda a los turistas y a los potenciales inmigrantes, evitando las noticias de crecientes tensiones sociales.
La visita a Nueva Zelanda centró la atención de la prensa británica en una tierra que pocos conocían. A su regreso a Gran Bretaña, en un discurso en el Guildhall de Londres, Jorge advirtió sobre «la impresión que parece prevalecer entre nuestros hermanos más allá de los mares, de que el Viejo País debe despertar si tiene la intención de mantener su antigua posición de privilegio en su comercio colonial contra competidores extranjeros».
El 9 de noviembre de 1901, Jorge fue nombrado príncipe de Gales y conde de Chester. El rey Eduardo VII deseaba preparar a su hijo para su futuro papel como rey. A diferencia de si mismo, a quien la reina Victoria había excluido deliberadamente de los asuntos de estado, Jorge recibió amplio acceso a los documentos de estado por parte de su padre; a la vez, este permitió el acceso de su esposa a sus papeles, ya que valoraba sus consejos y a menudo recibía su ayuda para escribir discursos.
De noviembre de 1905 a marzo de 1906, Jorge y María realizaron visitas a la India británica, donde el príncipe se molestó por la discriminación racial y realizó una campaña para lograr una mayor participación de los nativos en el gobierno del país. Este viaje fue seguido casi inmediatamente por otro viaje más, esta vez a España, para la boda del rey Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg, donde los novios escaparon de un intento de asesinato. Una semana después de regresar a Gran Bretaña volvieron a viajar a Noruega para la coronación del rey Haakon VII y la reina Maud, hermana de Jorge.
Rey y emperador
El rey Eduardo VII murió el 6 de mayo de 1910 y Jorge se convirtió en rey. Sobre la muerte de su padre escribió en su diario: «He perdido a mi mejor amigo y el mejor de los padres. Nunca tuve una sola palabra de enfado con él. Estoy abrumado por el dolor y tengo el corazón roto, pero Dios me ayudará en mis responsabilidades y mi querida May será mi consuelo como siempre lo ha sido. Que Dios me de fuerza y orientación en la pesada tarea que ha caído sobre mí».
A Jorge nunca le gustó el hábito de su esposa de firmar los documentos oficiales y las cartas como «Victoria María» y le insistió en que dejara de usar uno de los nombres. Ambos estaban de acuerdo en que no debería hacerse llamar reina Victoria y así se convirtió en la reina María. Más tarde ese año, un propagandista radical llamado Edward Mylius publicó la mentira de que el rey se había casado secretamente en Malta cuando era joven y que, en consecuencia, su matrimonio con la reina María constituía bigamia. El bulo surgió en la prensa por primera vez en 1893, pero Jorge lo tomó como una broma. En un esfuerzo por acabar con los rumores, Mylius fue arrestado, juzgado y encontrado culpable por difamación y, en consecuencia, condenado a un año de prisión.
La coronación de los nuevos reyes tuvo lugar en la abadía de Westminster el 22 de junio de 1911.
El acontecimiento fue celebrado con el Festival del Imperio en Londres. Más adelante, ese mismo año, el rey y la reina viajaron a la India para el Delhi Durbar, donde fueron presentados ante una audiencia de dignatarios y príncipes indios, como el emperador y la emperatriz de la India el 12 de diciembre de 1911.
En la ceremonia, Jorge llevaba la recién creada Corona Imperial de la India y declaró el cambio de la capital de la India, de Calcuta a Delhi.
Jorge V y la reina María en el Delhi Durbar de 1911
El 15 de diciembre colocó la primera piedra de Nueva Delhi junto con la reina María. Viajaron a lo largo del subcontinente y Jorge aprovechó la oportunidad para disfrutar de la caza mayor en Nepal mató 21 tigres, 8 rinocerontes y un oso en el transcurso de 10 días.
Era un tirador experto y entusiasta. El 18 de diciembre de 1913, le disparó a cerca de mil faisanes en seis horas, en la casa de Lord Burnham, aunque llegó a reconocer «fuimos un poco demasiado lejos» ese día.
Últimos años
Antes de la Primera Guerra Mundial, la mayor parte de Europa estaba gobernada por reyes emparentados con Jorge, pero durante y después de la guerra, las monarquías de Austria, Alemania, Grecia y España, así como la de Rusia, cayeron en la revolución o la guerra.
En marzo de 1919, el teniente coronel Edward Lisle Strutt fue enviado, con la autoridad personal del rey, para escoltar al exemperador Carlos I de Austria y su familia hacia la seguridad de Suiza.
En 1922, un buque de la Marina Real Británica fue enviado a Grecia para rescatar a los primos del rey, el príncipe Andrés y la princesa Alicia. El príncipe Andrés era hijo del rey Jorge I de Grecia y sobrino de la reina Alejandra; Alicia era hija de Luis de Battenberg, uno de los príncipes alemanes que recibió un título nobiliario británico en 1917. Entre los hijos de Andrés y Alicia estaba el príncipe Felipe, quien más tarde se casaría con la nieta de Jorge, Isabel II. La monarquía griega fue restaurada de nuevo poco antes de la muerte de Jorge.
La agitación política en Irlanda continuó cuando los nacionalistas iniciaron la lucha por la independencia; Jorge expresó su horror por los homicidios aprobados por el gobierno y las represalias para con el primer ministro David Lloyd George.
Jorge V y la reina María a finales de los años 1920. |
En la sesión de apertura del Parlamento de Irlanda del Norte el 22 de junio de 1921, el rey, en un discurso elaborado en parte por Lloyd George y el general Jan Smuts, hizo un llamamiento para la conciliación. Unos días más tarde se acordó una tregua. Las negociaciones entre Gran Bretaña y los secesionistas irlandeses condujeron a la firma del Tratado anglo-irlandés.
A finales de 1922, Irlanda fue dividida, se estableció el Estado Libre Irlandés y Lloyd George dejó el gobierno.
El rey y sus principales asesores estaban preocupados por el surgimiento del socialismo y el creciente movimiento laborista, que asociaban con el republicanismo. Sus preocupaciones, aunque exageradas, resultaron en un rediseño del papel social de la monarquía, que se volvió más incluyente con la clase trabajadora y sus representantes —un cambio dramático para Jorge, que estaba más cómodo con oficiales navales y la aristocracia terrateniente. De hecho, los socialistas ya no creían en sus eslóganes antimonárquicos y estaban dispuestos a llegar a un acuerdo con la monarquía si esta daba el primer paso. Jorge dio ese paso, adoptó una postura más democrática que cruzó la línea de clases y llevó a la monarquía más cerca del pueblo.
El rey también cultivó relaciones amistosas con los políticos moderados del Partido Laborista y dirigentes sindicales. Jorge V abandonó el aislamiento social que había condicionado el comportamiento de la familia real y mejoró su popularidad durante la crisis económica de los años veinte y durante más de dos generaciones a partir de entonces.
Entre los años 1922 y 1929 hubo frecuentes cambios de gobierno.
En 1924, Jorge nombró primer ministro a Ramsay MacDonald, el primer laborista en ocupar el cargo, en ausencia de una clara mayoría para cualquiera de los tres partidos. El tacto y comprensiva recepción del rey para con el primer gobierno laborista —que duró menos de un año— disipó las sospechas de los simpatizantes del partido. Durante la huelga general de 1926, el rey aconsejó al gobierno del conservador Stanley Baldwin no tomar acciones exaltadas, además objetó la sugerencia de que los huelguistas eran «revolucionarios» diciendo: «Traten de vivir con sus salarios antes de juzgarlos».
En 1926, Jorge fue anfitrión de una Conferencia imperial en Londres, allí, la declaración de Balfour aceptó la evolución de los dominios británicos a formas de autogobierno: « comunidades autónomas dentro del Imperio Británico, iguales en estatus, de ninguna manera subordinadas unas a otra ».
En 1931, el estatuto de Westminster formalizó la posición de Jorge como «el símbolo de la libre asociación de los miembros de la Mancomunidad Británica de Naciones». El estatuto establecía que «cualquier alteración en la ley tocante a la sucesión al trono o al tratamiento real y los títulos» requeriría la aprobación de los parlamentos de los dominios así como del parlamento de Westminster, que no podría legislar para los dominios, excepto por consentimiento.
A raíz de la crisis financiera mundial, el rey alentó la formación de un gobierno nacional en 1931, liderado por MacDonald y Baldwin, ofreciéndose a reducir la lista civil para ayudar a equilibrar el presupuesto.
En 1932, Jorge decidió dar un discurso real navideño en la radio, un evento que se convirtió en anual a partir de entonces. Originalmente no estaba a favor de la innovación, pero fue persuadido por el argumento de que era lo que su pueblo quería.
En 1933, le causó preocupaciones la llegada al poder de Adolfo Hitler y los nazis en Alemania. En 1934, el rey le dijo sin rodeos al embajador alemán Leopold von Hoesch, que Alemania era el peligro del mundo y que, si seguía al ritmo actual, estaba destinada a entrar en una guerra dentro de los siguientes diez años; le advirtió a su embajador en Berlín, Eric Phipps, que desconfiara de los nazis. Para las bodas de plata de su reinado en 1935, se había convertido en un rey querido, y dijo, en respuesta a la adulación de la multitud, «no lo entiendo, después de todo soy sólo una persona bastante común».
La relación de Jorge con Eduardo, su hijo mayor y heredero, se deterioró en los últimos años de su vida. Estaba decepcionado por el fracaso de Eduardo para establecerse en la vida y horrorizado por sus constantes amoríos con mujeres casadas. En contraste, estaba muy apegado a su segundo hijo, el príncipe Alberto, y adoraba a su nieta mayor, Isabel; a quien apodaba «Lilibet», mientras que la niña le decía cariñosamente «Abuelo Inglaterra». En 1935, Jorge dijo de su hijo Eduardo: «Después de mi muerte, el chico se arruinará en doce meses» y de Alberto y Lilibet: «Ruego a Dios que mi hijo mayor Eduardo nunca se case y tenga hijos, y que nada se interponga entre Bertie y Lilibet y el trono».
Problemas de salud y muerte
La Primera Guerra Mundial afectó la salud de Jorge: se hirió gravemente el 28 de octubre de 1915, cuando su caballo lo tiró al suelo durante una revisión de tropas en Francia y su excesiva afición al tabaco exacerbó sus recurrentes problemas respiratorios. Padecía de pleuresía y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
En 1925, para recuperar la salud y por indicación de sus médicos, fue enviado a regañadientes a un crucero privado por el Mediterráneo; fue su tercer viaje al extranjero desde la guerra y el último. En noviembre de 1928 cayó gravemente enfermo con septicemia y durante los próximos dos años su hijo Eduardo se hizo cargo de muchas de sus responsabilidades.
En 1929, la sugerencia de un nuevo descanso en el extranjero fue rechazada por el rey «en un lenguaje bastante fuerte». En su lugar, se retiró durante tres meses a Craigweil House, en el centro turístico de Bognor, Sussex. Como resultado de su estancia, la ciudad adquirió el nombre de «Bognor Regis», que es el latín para «Bognor real». Más tarde crecería el mito de que sus últimas palabras, cuando se le dijo que pronto estaría lo suficientemente bien para volver a visitar la ciudad, fueron «¡Que le jodan a Bognor!».
Jorge nunca se recuperó completamente. En su último año se le administró oxígeno en varias ocasiones. La noche del 15 de enero de 1936, el rey llegó a su dormitorio en Sandringham House quejándose de un resfriado; nunca más saldría de la habitación con vida. Se fue poniendo cada vez más débil, hasta perder poco a poco la conciencia. El primer ministro Baldwin diría más tarde:
cada vez que recuperaba la conciencia hacía algún tipo de consulta u observación agradable hacia alguien, palabras de agradecimiento por la amabilidad mostrada. Pero le dijo a su secretario cuando envió por él: «¿Cómo está el Imperio?» Una frase inusual en esa forma y el secretario, le dijo: «Todo está bien, señor, con el Imperio», el rey le sonrió y una vez más cayó en la inconsciencia.
Para el 20 de enero se encontraba cerca de la muerte. Sus médicos, encabezados por Lord Dawson de Penn, emitieron un boletín con unas palabras que se volvieron famosas: «La vida del rey se mueve pacíficamente hacia su fin». El diario privado de Dawson, descubierto después de su muerte y hecho público en 1986, revela que las últimas palabras del rey fueron un susurrante «¡Maldita seas!», dirigido a su enfermera cuando le administró un sedante la noche del 20 de enero. Dawson escribió que había acelerado la muerte de Jorge V dándole una inyección letal de cocaína y morfina. Señaló que actuó para preservar la dignidad del rey, para evitar la tensión en la familia y para que la muerte, que sucedió a las 23:55, pudiera ser anunciada en la edición matutina del periódico The Times, en lugar de «las menos apropiadas publicaciones vespertinas».
El compositor alemán Paul Hindemith fue a un estudio de la BBC la mañana después de la muerte del rey y en seis horas compuso Trauermusik (Música de luto). Esa misma noche se realizó una transmisión en vivo por la BBC, con Adrian Boult dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la BBC y el compositor como solista.
Durante la procesión hacia Westminster Hall, donde los restos de Jorge V iban a ser expuestos al público, parte de la Corona imperial del Estado cayó desde la parte superior del ataúd y aterrizó en la canaleta cuando el cortejo ingresó al patio del palacio. El nuevo rey, Eduardo VIII, la vio caer y se preguntó si no sería un mal presagio para su nuevo reinado. Eduardo abdicaría antes de un año y su hermano Alberto, duque de York, subiría al trono como Jorge VI.
Como señal de respeto a su padre, los cuatro hijos sobrevivientes: Eduardo, Alberto, Enrique y Jorge, montaron una guardia conocida como la vigilia de los príncipes en el catafalco la noche antes del funeral. La vigilia no volvió a repetirse hasta la muerte de la reina Isabel, la reina madre, en 2002.
Jorge V fue enterrado en la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor, el 28 de enero de 1936.
Legado
Jorge prefería quedarse en casa y entretenerse en sus aficiones que eran la colección de sellos y la caza, vivió una vida que sus biógrafos más tarde considerarían aburrida debido a su convencionalidad. No era intelectual y carecía de la sofisticación de sus dos predecesores reales: al regresar de una noche en la ópera, escribió: «Fuimos a Covent Garden y vimos Fidelio , y qué condenadamente aburrido fue». Sin embargo, se dedicó con seriedad al Reino Unido y a la Mancomunidad.
Entendía al Imperio británico mejor que la mayoría de sus ministros; como él mismo explicó: «siempre ha sido mi sueño identificarme con la gran idea del Imperio». Parecía trabajar duro y era admirado por el pueblo del Reino Unido y el Imperio, así como por el «establishment». El historiador David Cannadine describió al rey Jorge V y a la reina María como una «pareja devotamente inseparable» que hizo mucho por defender el «carácter» y «los valores familiares». Jorge estableció una norma de conducta para la realeza británica que reflejaba los valores y virtudes de la clase media alta en lugar de los estilos de vida y los vicios de las clase alta. Por temperamento era un tradicionalista que nunca apreció o aprobó plenamente los cambios revolucionarios que se estaban efectuando en la sociedad británica. No obstante, invariablemente ejerció su influencia como una fuerza de neutralidad y moderación, veía su papel como el del mediador y no el de aquel que tomaba la decisión final.
Existen numerosas estatuas del rey Jorge V, incluidas aquellas en Hobart, Canberra, Brisbane y Adelaida en Australia y una que se encuentra en el exterior de la abadía de Westminster en Londres, realizada por William Reid Dick. Los King George’s Fields, una serie de parques distribuidos en el Reino Unido, fueron creados en su memoria.
Muchos lugares han sido bautizados con su nombre, por ejemplo: King George V Park en San Juan de Terranova; Stade George V en Curepipe, Mauricio; calles principales en Jerusalén y Tel Aviv; una avenida, un hotel y una estación de metro en París; una escuela en Seremban, Malasia; y la escuela King George V y el King George V Memorial Park en Hong Kong.
Dos acorazados de la Marina Real Británica, el HMS King George V de 1911 y su homónimo de 1939, fueron nombrados en su honor. Jorge V dio su nombre y sus donaciones a muchas caridades, incluyendo el King George’s Fund for Sailors (Fondo Jorge V para marineros), más tarde conocido como Seafares UK (Navegantes del Reino Unido).
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