Pionera en el campo de la radiactividad, fue, entre otros méritos, la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades —Física y Química— y la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de París. En 1995 fue sepultada con honores en el Panteón de París por sus propios méritos.
Nació en Varsovia, en lo que entonces era el Zarato de Polonia, administrado por el Imperio ruso. Estudió clandestinamente en la «universidad flotante» de Varsovia y comenzó su formación científica en dicha ciudad. En 1891, a los 24 años, siguió a su hermana mayor, Bronisława Dłuska, a París, donde culminó sus estudios y llevó a cabo su trabajo científico más sobresaliente.
Compartió el premio Nobel de Física de 1903 con su marido Pierre Curie y con el físico Henri Becquerel.
Años después, ganó el premio Nobel de Química de 1911. Aunque era ciudadana francesa, nunca perdió su identidad polaca: enseñó a sus hijas su lengua materna y las llevaba en sus visitas a Polonia.
Nombró el primer elemento químico que descubrió, el polonio, como su país de origen.
Sus logros incluyen el desarrollo de la teoría de la radiactividad (un término que ella misma acuñó), técnicas para el aislamiento de isótopos radiactivos y el descubrimiento de dos elementos —el polonio y el radio—.
Bajo su dirección, se llevaron a cabo los primeros estudios en el tratamiento de neoplasias con isótopos radiactivos. Fundó el Instituto Curie en París y en Varsovia, que se mantienen entre los principales centros de investigación médica en la actualidad. Durante la Primera Guerra Mundial creó los primeros centros radiológicos para uso militar.
Murió en 1934, a los 66 años, en el sanatorio Sancellemoz en Passy, por una anemia aplásica causada por la exposición a la radiación por guardar tubos de ensayo con radio en los bolsillos durante la investigación y en la construcción de las unidades móviles de rayos X de la Primera Guerra Mundial.
Infancia y estudios en Polonia
Maria tenía cuatro hermanos mayores: Zofia (1862-1876), Józef (1863-1937), Bronisława (1865-1939) y Helena (1866-1961). Tanto la familia de su padre como la de su madre habían perdido sus propiedades y fortunas por compromisos patrióticos durante las sublevaciones nacionalistas polacas destinadas a restablecer la independencia del país (la más reciente había sido el Levantamiento de Enero de 1863-1865). Esto obligó a la generación posterior, incluidos María, sus hermanas mayores y su hermano, a una lucha difícil para salir adelante en la vida.
En aquel tiempo, la mayor parte de Polonia estaba ocupada por Rusia, país que, tras varias revueltas nacionalistas sofocadas violentamente, había impuesto su lengua y sus costumbres. Junto con su hermana Helena, asistió a clases clandestinas ofrecidas en un pensionado en las que se enseñaba la cultura polaca.
Su abuelo paterno, Józef Skłodowski, había sido un respetado maestro en Lublin, donde enseñó al joven Bolesław Prus, quien se convertiría en una figura destacada de la literatura polaca.
Władysław Skłodowski, enseñaba matemáticas y física, temas que su hija aprendió, y también fue director de dos gimnasios para niños en Varsovia. Cuando las autoridades rusas suprimieron la instrucción de laboratorio de las escuelas polacas, trasladó gran parte de los aparatos e instrumental a su casa, e instruyó a sus hijos en su uso.
Lugar de nacimiento en ulica Freta de la ciudad nueva de Varsovia (ahora, museo Marie Skłodowska-Curie). |
Sus primeros años estuvieron marcados por la muerte de su hermana Zofia como consecuencia del tifus que contrajo de uno de los niños alojados en casa. Władysław era ateo, pero Bronisława era una devota católica. Esos eventos hicieron que Maria cuestionara su fe en la religión católica romana y se volviera agnóstica —pero, según su hija Ève, también se hizo atea—.
Cuando tenía diez años de edad, comenzó a asistir a la escuela internado de J. Sikorska, después asistió a un gimnasio para niñas, del que se graduó el 12 de junio de 1883 con una medalla de oro. Luego de un colapso, posiblemente debido a la depresión, pasó el año siguiente en la campiña con los parientes de su padre y en 1885 con su padre en Varsovia, donde recibió algunas tutorías.
No pudo inscribirse en una institución regular de educación superior porque era mujer, así que junto a su hermana Bronisława ingresó en la clandestina «universidad flotante» (en polaco: Uniwersytet Latający), una institución patriótica de educación superior que admitía mujeres estudiantes.
Hizo un acuerdo con su hermana Bronisława: la iba a ayudar financieramente durante sus estudios de medicina en París a cambio de una asistencia similar dos años más tarde. Debido a esto, Maria tomó una posición como institutriz: primero como profesora particular en Varsovia, luego —durante unos dos años— como institutriz de una familia terrateniente en Szczuki, los Żorawski, quienes eran familiares de su padre.
Mientras trabajaba para esta familia, se enamoró de uno de los jóvenes, Kazimierz Żorawski, futuro matemático. Sus padres rechazaron la idea de que se casara con un pariente pobre, y Kazimierz fue incapaz de oponerse a ellos. Según Giroud, esta relación frustrada fue trágica para ambos.
Kazimierz obtuvo el doctorado y continuó una carrera académica como matemático, convirtiéndose en profesor y rector de la Universidad de Cracovia. Aun así, ya anciano y profesor de matemáticas en la Universidad Politécnica de Varsovia, se sentaba contemplativamente ante una estatua de Maria Skłodowska que había sido erigida en 1935 frente al Instituto del Radio que ella había fundado en 1932.
A principios de 1890, Bronisława —quien unos meses antes se había casado con Kazimierz Dłuski, un médico y activista político y social polaco— invitó su hermana a unírseles en París. Esta se negó porque no podía pagar la matrícula universitaria; le llevaría un año y medio más reunir los fondos necesarios. Fue ayudada por su padre, que pudo asegurarse una posición más lucrativa de nuevo.
En todo ese tiempo Maria siguió aprendiendo, leyendo libros, intercambiando cartas e instruyéndose a sí misma.
A principios de 1889 regresó a la casa de su padre en Varsovia. Siguió trabajando como institutriz y permaneció allí hasta finales de 1891. También continuó estudiando en la «universidad flotante» e inició su formación científica práctica (desde 1890 hasta 1891) en un laboratorio químico en el Museo de Industria y Agricultura en la calle Krakowskie Przedmieście 66, cerca del centro histórico de Varsovia. El laboratorio era dirigido por su primo Józef Boguski, quien había trabajado de asistente del químico ruso Dmitri Mendeléyev en San Petersburgo.
Primeros años en Francia
A finales de 1891, se dirigió a Francia. En París, Maria (o Marie, como sería conocida en ese país) pasó un tiempo en un hospedaje con su hermana y su cuñado antes de alquilar una buhardilla más cerca de la universidad, en el Barrio Latino, y prosiguió con sus estudios de física, química y matemáticas en la Universidad de París, donde se inscribió a finales de 1891.
Aunque tenía conocimientos adquiridos de manera autodidacta, tuvo que esforzarse para mejorar sus conocimientos de francés, matemáticas y física, para estar al nivel de sus compañeros. Entre los 776 estudiantes de la Facultad de Ciencias, en enero de 1895, solo había 27 mujeres.
Sus catedráticos fueron Paul Appell, Henri Poincaré y Gabriel Lippmann, quienes eran científicos muy reconocidos en esa época. Subsistió con escasos recursos y desmayos por el hambre.
Estudiaba durante el día y daba clases por la noche, apenas ganando para su subsistencia.
En 1893 recibió su licenciatura en física y comenzó a trabajar en un laboratorio industrial del profesor Lippmann. Entre tanto, continuó sus estudios en la Universidad de París y fue capaz de obtener un segundo título en 1894. Para financiarse en estos estudios, aceptó una beca de la Fundación Alexandrowitch, que le fue otorgada gracias a una conocida llamada Jadwiga Dydyńska. Años más tarde, restituyó el dinero de la beca, unos 600 rublos.
Durante su estadía en la capital francesa, desarrolló un especial interés por el teatro aficionado (théâtre amateur). En una de las actuaciones de La Pologne, qui brise les chaînes (lit., Polonia, la que rompe cadenas) se hizo amiga del pianista Ignacy Jan Paderewski.
Inició su carrera científica con una investigación de las propiedades magnéticas de diversos aceros, por encargo de la Sociedad para el Fomento de la Industria Nacional (Société d’encouragement pour l’industrie nationale).
En ese mismo año, conoció a Pierre Curie. Su interés mutuo por las ciencias naturales los unió. Pierre era instructor en la Escuela Superior de Física y de Química Industriales de París.
Fueron presentados por el físico polaco Józef Kowalski-Wierusz, quien se había enterado de que Marie estaba buscando un espacio de laboratorio más grande, algo a lo que Kowalski-Wierusz creyó que Pierre tenía acceso. Aunque este último no tenía un gran laboratorio, encontró un poco de espacio para que ella pudiera trabajar.
Desarrollaron una fuerte amistad en el laboratorio, hasta el punto que Pierre le propuso matrimonio, pero al principio Marie no aceptó ya que tenía intención de volver a Polonia. Sin embargo, Pierre declaró que estaba dispuesto a seguirla a ese país, incluso si eso significaba tener que enseñar francés para subsistir.
Sería una cosa preciosa, una cosa que no me atrevería a esperar, si pudiéramos pasar nuestra vida cerca unos de otros, hipnotizados por nuestros sueños: tu sueño patriótico, nuestro sueño humanitario y nuestro sueño científico.
El 26 de julio de 1895 se casaron en Sceaux, en una boda sencilla y sin ceremonia religiosa en la que, entre algunos amigos y la familia inmediata, les dieron algo de dinero. Con este se compraron dos bicicletas y se pasaron todo el verano viajando por Francia con ellas, hospedándose en fondas y comiendo poco.
Marie vistió un traje azul oscuro, el mismo que durante muchos años usaría como traje de laboratorio, en lugar de un vestido blanco de novia.
Ambos compartían dos pasatiempos: largos recorridos en bicicleta y viajes al extranjero.
Tiempo después, Marie dijo que había encontrado un nuevo amor, socio y colaborador científico en quien podía confiar.
El doctorado y nuevos elementos químicos
Portada de la tesis de Maria Skłodowska (1903): Recherches sur les substances radioactives. |
En la primavera de 1895, Becquerel descubrió accidentalmente la capacidad del sulfato doble de uranilo y potasio (fórmula química: K2[UO2(SO4)2](H2O)2) para ennegrecer una placa fotográfica y demostró que esta radiación, a diferencia de la fosforescencia, no dependía de una fuente externa de energía, sino que parecía surgir espontáneamente del uranio en sí.
Influenciada por estos dos descubrimientos importantes, eligió los rayos de uranio como posible campo de la investigación para una tesis y con la ayuda de su esposo investigó la naturaleza de las radiaciones que producían las sales de uranio. Inicialmente tenía la intención de cuantificar la capacidad de ionización emanada por la radiación de las sales de uranio y tomó como base las notas de laboratorio de lord Kelvin a finales de 1897.
Marie Curie en 1903 |
En 1897 nació su hija Irène. Para mantener a su familia, comenzó a enseñar en la Escuela Normal Superior.
El matrimonio no tenía laboratorio propio y la mayor parte de sus investigaciones eran realizadas en un cobertizo junto a la Escuela de Física y Química. Esta habitación, anteriormente una sala de disección médica de la facultad, estaba mal ventilada y no era impermeable. No eran conscientes de los efectos nocivos de la exposición continua a la radiación en su trabajo continuo con sustancias sin protección alguna.
La facultad no patrocinaba su investigación, pero recibió subsidios de empresas metalúrgicas y mineras y de varias organizaciones y gobiernos extranjeros.
Los estudios sistemáticos de Curie incluyeron algunos minerales con uranio (pechblenda, torbernita o autunita). La explicación lógica fue suponer que la pechblenda contenía trozos de algún elemento mucho más radiactivo que el uranio. Su electrómetro mostró que este mineral era cuatro veces más radiactivo que el propio uranio, y la torbernita dos veces más radiactiva. Llegó a la conclusión de que, si eran correctos sus anteriores resultados de que la cantidad de uranio estaba relacionada con su radiactividad, estos dos minerales debían contener pequeñas cantidades de otras sustancias que era mucho más radiactivas que el uranio.
Emprendió una búsqueda sistemática de sustancias adicionales que emiten radiación, y alrededor de 1898 descubrió que el torio también era radiactivo.
Pierre se preocupó cada vez más por su exceso de trabajo. A mediados de 1898, se tomaron un descanso para pasar más tiempo juntos: Según el historiador Robert William Reid:
La idea [de la investigación] era suya; nadie la ayudó a formularla y, aunque ella lo consultó con su marido, a su juicio [de Pierre] ella se apropió claramente de la investigación. Más tarde, [Marie] registró dos veces en su biografía de que no había posibilidad alguna de cualquier ambigüedad con su marido. Es probable que en esta primera etapa de su carrera, [Marie] se diera cuenta de que […] a muchos científicos les resultaba difícil creer que una mujer podía ser capaz de una obra tan original como en que la que estaba involucrada.
Estaba consciente de la importancia de publicar rápidamente sus descubrimientos y tomar su lugar en la comunidad científica. Por ejemplo, dos años antes, Becquerel presentó su descubrimiento a la Academia de Ciencias un día después del experimento y tomó todo el crédito del descubrimiento de la radiactividad, e incluso un premio Nobel, que hubiera sido para Silvanus Thompson
.
Siguiendo los pasos de Becquerel, redactó una breve y simple explicación de su trabajo; el documento fue presentado a la Academia el 12 de abril de 1898 por su antiguo profesor, Gabriel Lippmann, en nombre de Curie. Pero, al igual que Thompson, Curie sufrió un revés en su carrera al saber que su trabajo sobre la emisión radiactiva del torio similar a la del uranio había sido publicado por Gerhard Carl Schmidt, dos meses antes, en la Sociedad Alemana de Física.
Marie describió con detalle la radiactividad de la pechblenda y la torbernita: «El hecho es muy notable y da lugar a la creencia de que estos minerales podrían contener algún un elemento [desconocido] que es mucho más activo que el uranio». Más tarde recordaría que sentía un «deseo apasionado por verificar esta hipótesis lo más rápido posible».
El 14 de abril 1898, los Curie pesaron una muestra de 100 g de pechblenda y la molieron con un mortero. En ese momento, no se percataron de que lo que buscaban solo estaba presente en cantidades tan mínimas que, eventualmente, tendrían que procesar toneladas de ese mineral.
En julio de 1898, el matrimonio publicó un artículo conjunto en el que anunciaba la existencia de un elemento al que llamaron «polonio», en honor a Polonia —país que en ese momento estaba repartido entre tres imperios—.
Para comprobar definitivamente sus descubrimientos, los Curie trataron de aislar polonio y radio en su forma más pura. La pechblenda es un mineral complejo y la separación química de sus componentes era una tarea ardua. El descubrimiento del polonio había sido relativamente fácil: químicamente se asemeja al bismuto, y el polonio era la única sustancia parecida al bismuto en el mineral. Sin embargo, el radio era más difícil de obtener: está muy relacionado químicamente con el bario y la pechblenda contiene ambos elementos. En 1898, los Curie consiguieron trazas de radio, pero todavía estaba fuera de su alcance sacar cantidades considerables y sin contaminación con bario.
Emprendieron el trabajo de separar la sal del radio por cristalización diferencial. De una tonelada de pechblenda, se separó la décima parte de un gramo de cloruro de radio en 1902. También estudiaron la radiación emitida por los dos elementos e indicaron, entre otras cosas, que estos poseen brillo radiactivo, las sales de radio emiten calor, tienen un color parecido a la porcelana y el vidrio, y que la radiación producida pasa a través del aire y el cuerpo hasta convertir el oxígeno molecular (O2) en ozono (O3).
En 1910, se aisló el radio en su estado puro. Si bien no tuvo éxito en el aislamiento del polonio, logró que tuviera una vida media de 138 días. Entre 1898 y 1902, los Curie publicaron, de manera conjunta o por separado, un total de 32 trabajos científicos, entre ellos el que anunciaba que cuando el ser humano se expone al radio las células enfermas y formadoras de tumores eran destruidas más rápido que las células sanas.
En 1900, fue la primera mujer en ser nombrada catedrática de la Escuela Normal Superior y su marido se unió a la facultad de la Universidad de París.
En 1902 falleció Władysław y su hija tuvo que regresar a Polonia.
La Academia de Ciencias de Francia apoyó financieramente el trabajo de Marie Curie. En dos ocasiones, en 1900 y 1902, fue galardonada con el prix Gegner y 4000 francos.
En 1903 recibió 10 000 francos por el prix La Caze.
En marzo de 1902, la Academia extendió su investigación con el radio, mediante un préstamo de 20 000 francos.
En julio de 1902, produjo un decigramo de cloruro de radio y así pudo determinar su masa atómica de manera más precisa.
El 25 de junio de 1903, defendió su tesis doctoral dirigida por el propio Becquerel, titulada Investigaciones sobre las sustancias radiactivas, ante un tribunal presidido por Lippmann. Obtuvo el doctorado y la mención cum laude. Ese mes, la pareja fue invitada por la Real Institución de Gran Bretaña para dar un discurso sobre la radiactividad, pero a ella le impidieron hablar por ser mujer y solo permitieron a su marido.
Al año siguiente, la disertación se tradujo a cinco idiomas y fue reimpresa diecisiete veces, incluyendo una versión editada por William Crookes publicada en Chemical News y Annales de physique et chimie. Mientras tanto, comenzó a desarrollarse una nueva industria basada en el elemento radio.
Los Curie no patentaron su descubrimiento y obtuvieron poco beneficio económico de este negocio cada vez más rentable. Los científicos les mandaban cartas y los estadounidenses pedían que les dieran a conocer todos sus descubrimientos.
A partir de 1903 el matrimonio empezó a padecer sus primeros problemas de salud, pero los médicos solo los mantenían en observación.
El 5 de noviembre de 1903, la Real Sociedad de Londres premió a la pareja con la medalla Davy, que se otorga anualmente al descubrimiento más importante en el campo de la química. Pierre tuvo que viajar solo a Londres para recibir el premio.
Premios Nobel
Diploma del premio Nobel de Física que recibió en 1903 (compartido con su marido y Henri Becquerel). |
Diploma del premio Nobel de Química que recibió en 1911. |
La Real Academia de las Ciencias de Suecia galardonó a Marie Curie con el premio Nobel de Física en 1903, junto a su marido y Henri Becquerel, «en reconocimiento por los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubiertos por Henri Becquerel».
Fue la primera mujer que obtuvo tal galardón. Al principio, el Comité pretendía honrar solamente a Pierre y Becquerel, pero uno de los miembros, el matemático Magnus Gösta Mittag-Leffler, avisó a Pierre de la situación y, después de su queja, la incluyeron en la nominación.
Los Curie se negaron a ir a Estocolmo para recibir el premio en persona, pues estaban demasiado ocupados con su trabajo, y Pierre, al que no le gustaban las ceremonias públicas, se sentía cada vez más enfermo. Debido a que se requería que los ganadores del premio Nobel estuvieran presentes para dar una conferencia, los Curie finalmente viajaron a Suecia en 1905.
Recibieron 15 000 dólares, lo que les permitió contratar un nuevo ayudante de laboratorio. Tras la concesión, la Universidad de Ginebra ofreció a Pierre un puesto catedrático con mejor remuneración, pero la Universidad de París le otorgó una plaza de profesor y la cátedra de física (donde ya enseñaba desde 1900), aunque el matrimonio todavía no tenía un laboratorio adecuado. Luego de las quejas de Pierre, la universidad cedió y acordó presentarles un nuevo laboratorio, pero no estaría listo hasta 1906. Los laureados estuvieron en los titulares de la prensa francesa, pero —según Susan Quinn— el papel de Marie en la investigación del radio fue muy subestimado o tendían a pasarla por alto debido a su origen polaco.
En diciembre de 1904, dio a luz a su segunda hija, Ève, tras sufrir un aborto, probablemente producido por la radiactividad.
Años después, contrató institutrices polacas para enseñar a sus hijas su lengua materna, y las envió (o se las llevó consigo) de visita a Polonia.
Fue la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en dicha universidad y la primera directora de un laboratorio de esa institución.
En 1910, asistida por el químico André-Louis Debierne, pudo obtener un gramo de radio puro; también definió un estándar internacional para las emisiones radiactivas que, años después, fue nombrado curio en su honor. No obstante, en 1911, la Academia de Ciencias discutió si Curie ocuparía el puesto del fallecido Désiré Gernez (1834-1910), pero no la eligió como miembro por uno o dos votos.
Curie ya era miembro de la Academia de Ciencias de Suecia (1910), de la República Checa (1909) y de Polonia (1909), la Sociedad Filosófica Estadounidense (1910) y la Academia Imperial de San Petersburgo (1908) y miembro honorario de muchas otras asociaciones científicas. En un extenso artículo en el diario Le Temps, publicado el 31 de diciembre de 1910, Jean Gaston Darboux —el secretario de la Academia— defendió públicamente la candidatura de Marie Curie.
Durante las elecciones de la Academia, fue difamada por la prensa derechista que la criticaba por ser una mujer extranjera y atea. Según Susan Quinn, en la sesión plenaria del Instituto de Francia el 4 de enero de 1911, los miembros del Consejo se aferraron a la tradición de no permitir miembro femeninos, con una mayoría de 85 votos en contra sobre 60 a favor. Cinco días después, en una reunión secreta, se creó un comité que se encargaría de las nominaciones para el puesto vacante. Finalmente, admitieron a Édouard Branly, un inventor que había ayudado a Guglielmo Marconi en el desarrollo de la telegrafía inalámbrica.
El periódico socialista L’Humanité tildó de «institución misógina» a la Academia; por su parte, Le Figaro escribió que «[¡…]no se debe tratar […] de convertir a la mujer en hombre de inmediato!».
Más de medio siglo después, en 1962, una estudiante de doctorado del Instituto Curie, Marguerite Perey, fue la primera mujer elegida como miembro de la Academia. Aunque era una científica famosa por su trabajo en pro de Francia, la actitud del público hacia Marie Curie tendía a la xenofobia —lo mismo que había sucedido durante el caso Dreyfus, pues corrieron falsos rumores de que Marie era judía—.
Más adelante, su hija Irène comentó que la hipocresía pública de la prensa francesa retrataba a su madre como una extranjera indigna cuando era nominada para un honor francés, en vez de cuando alguien de otro país recibía los premios Nobel en nombre de Francia.
En 1911 se reveló que, entre 1910-1911 —después de la muerte de su marido—, había sostenido un breve romance con el físico Paul Langevin, un antiguo estudiante de Pierre y que estaba casado. Se conocieron en un apartamento alquilado. La esposa de Langevin pronto se dio cuenta y amenazó de muerte a Marie.
En la Pascua de 1911, la correspondencia de Marie Curie y Paul Langevin fue robada. En agosto de 1911, la mujer de Langevin solicitó el divorcio y demandó a su marido por mantener «relaciones sexuales con una concubina en el domicilio conyugal». Esto dio lugar a un escándalo periodístico que fue aprovechado por sus adversarios académicos. Curie (que tenía poco más de 40 años en ese momento) era cinco años mayor que Langevin y en los tabloides la tachaban de una «rompehogares judía extranjera». Cuando se desató el escándalo, Curie estaba en una conferencia en Bélgica; a su regreso, se encontró con una muchedumbre enfurecida en frente de su casa y tuvo que refugiarse, con sus hijas, en la casa de un amigo.
Por otra parte, el reconocimiento internacional por su trabajo había crecido mucho más, y en 1911 la Academia de las Ciencias Sueca, que omitió el escándalo de Langevin en las votaciones, la condecoró por segunda vez, con el premio Nobel de Química (esta vez en solitario).
Este premio fue «en reconocimiento por sus servicios en el avance de la Química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, el aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y compuestos de este elemento».
Fue la primera persona en ganar o compartir dos Premios Nobel. La prensa francesa apenas cubrió el evento. Una delegación de reconocidos estudiosos polacos, encabezados por el novelista Henryk Sienkiewicz, la animó a regresar a Polonia y continuar su investigación en su país natal. Este segundo galardón le permitió convencer al gobierno francés para que apoyara el Instituto del Radio, construido en 1914, donde se llevaron a cabo investigaciones en química, física y medicina.
Un mes después de aceptar el premio, fue hospitalizada por depresión y una dolencia renal que fue intervenida quirúrgicamente.
En la mayor parte de 1912 evitó las apariciones públicas. Viajó con sus hijas bajo seudónimos y pidió a amigos y familiares que no dieran información sobre su paradero. Pasó tiempo en Inglaterra con una amiga y colega, la física Hertha Marks Ayrton. Volvió a su laboratorio en diciembre, después de una pausa de unos 14 meses.
En 1912, la Sociedad Científica de Varsovia le ofreció el cargo de directora de un nuevo laboratorio en esa ciudad, pero se negó alegando que el desarrollo del Instituto del Radio debía terminarse en agosto de 1914, con una nueva sede en la rue Pierre Curie.
En 1913 mejoró de su salud y pudo explorar las propiedades de la radiación del radio a bajas temperaturas con el físico Heike Kamerlingh Onnes.
En marzo de ese año, recibió la visita de Albert Einstein, con quien realizó una excursión de verano en la Engadina suiza.
En octubre, participó en el segundo Congreso Solvay y, en noviembre, viajó a Varsovia, pero la visita fue subestimada por las autoridades rusas. El progreso del Instituto fue interrumpido por la Primera Guerra Mundial, ya que la mayoría de los investigadores se alistaron en el ejército francés, y reanudó plenamente sus actividades en 1919.
Primera Guerra Mundial
El 1 de agosto de 1914, días después del estallido de la Primera Guerra Mundial, sus hijas Irène (de 17 años) y Ève (de 10) estaban de vacaciones en L’Arcouest (Ploubazlanec) bajo el cuidado de unos amigos de su madre.
Marie permaneció en París custodiando el Instituto y las muestras de radio. El gobierno consideró que los bienes del Instituto del Radio eran un tesoro nacional y que debían protegerlos, por lo que Curie trasladó temporalmente el laboratorio a Burdeos. Ella no pudo servir a Polonia y decidió colaborar con Francia.
Durante el conflicto bélico, los hospitales de campaña carecían de personal experimentado y máquinas de rayos X apropiadas, así que propuso el uso de la radiografía móvil cerca de las líneas del frente para ayudar a los cirujanos del campo de batalla.
Después de un rápido estudio de la radiología, anatomía y mecánica automotriz, adquirió equipos de rayos X, vehículos, generadores auxiliares, y desarrolló así unidades móviles de radiografía, a las que llamó «ambulancias radiológicas» (ambulances radiologiques), pero que llegaron a ser conocidas a posteriori como las «pequeñas Curie» (petit Curie). Se convirtió en la directora del Servicio de Radiología de la Cruz Roja francesa y creó el primer centro de radiología militar de Francia, operativo a finales de 1914.
Asistida en un principio por un médico militar y por su hija Irène, que tenía 18 años de edad en ese momento, dirigió la instalación de veinte unidades móviles de radiografía y otras doscientas unidades radiológicas en los hospitales provisionales en el primer año de la guerra. Más tarde, comenzó a instruir a otras mujeres como ayudantes.
En julio de 1916, fue una de las primeras mujeres en obtener un carné de conducir, pues lo solicitó para manejar personalmente las unidades móviles de rayos. Asistida en un principio por un médico militar y por su hija Irène, que tenía 18 años de edad en ese momento, dirigió la instalación de veinte unidades móviles de radiografía y otras doscientas unidades radiológicas en los hospitales provisionales en el primer año de la guerra. Más tarde, comenzó a instruir a otras mujeres como ayudantes.
En julio de 1916, fue una de las primeras mujeres en obtener un carné de conducir, pues lo solicitó para manejar personalmente las unidades móviles de rayos X.
En 1915, produjo cánulas que contenían «emanaciones de radio», un gas incoloro y radiactivo emitido por el elemento, que posteriormente fue identificado como el radón, y que se utilizaron para la esterilización de tejidos infectados.
Proporcionó el elemento químico de sus propios suministros. Se estima que más de un millón de soldados heridos fueron tratados con sus unidades de rayos X.
Ocupada con este trabajo, hizo muy poca investigación científica durante este período. A pesar de todas sus contribuciones humanitarias a los esfuerzos bélicos de los franceses, nunca recibió el reconocimiento formal en vida por parte del gobierno francés.
Inmediatamente después de que comenzó la guerra, intentó vender sus medallas de oro del premio Nobel y donarlas a las actividades bélicas, pero el Banco de Francia rehusó aceptarlas; por lo que tuvo que comprar bonos de guerra con el dinero de sus premios.
También fue miembro activo de los comités dedicados a la causa polaca en Francia. Después de la guerra, resumió sus experiencias en un libro titulado La radiologie et la guerre (1919).
Posguerra
En 1920, en el 25.º aniversario del descubrimiento del radio, el gobierno francés destinó un estipendio para ella que anteriormente estaba a nombre de Louis Pasteur (1822-1895).
En 1921 planeó un viaje a los Estados Unidos para la recaudación de fondos en la investigación sobre el radio. Los inventarios del Instituto se habían reducido drásticamente como resultado de los tratamientos terapéuticos en la Primera Guerra Mundial y el precio de cotización del gramo de radio, en ese momento, era de 100 000 dólares estadounidenses.
La editora Mrs. William Brown Meloney, después de entrevistarse con ella, creó el Marie Curie Radium Fund y recaudó dinero para comprar el elemento químico con lo recaudado por la publicidad.
El 4 de mayo de 1921, Marie Curie viajó junto con sus dos hijas y acompañada por la periodista Marie Melony a bordo del RMS Olympic. Siete días más tarde, llegaron a la ciudad de Nueva York, donde fue recibida por una gran multitud. Sobre su llegada, el New York Times publicó en su portada que Madame Curie tenía la intención de «poner fin al cáncer». «El radio es la cura para cualquier tipo de cáncer», afirmó en la página 22 de dicho periódico.
Durante su estancia, su papel como científica fue dejado en segundo plano y le dieron mayor importancia como una «sanadora femenina»; también hizo muchas apariciones públicas con sus hijas.
En 1921, el presidente Warren G. Harding la recibió en la Casa Blanca y le entregó simbólicamente un gramo de radio recolectado en el país norteamericano. Antes de la reunión, había crecido el reconocimiento en el extranjero, pero fue opacado por el hecho de que no tenía distinciones oficiales francesas para llevar en público. El gobierno francés le había ofrecido la Legión de Honor, pero ella se negó.
En los Estados Unidos recibió nueve doctorados honoris causa. Se negó a recibir uno en el campo de la física por la Universidad de Harvard, con el argumento de que «no había hecho nada importante [en esa ciencia] desde 1906». Antes de abordar el RMS Olympic el 25 de junio a su regreso a Europa, dijo: «Mi trabajo con el radio, […] sobre todo durante la guerra, dañó gravemente mi salud, haciendo imposible para mí visitar todos los laboratorios y colegios a los que tenía un profundo interés».
En octubre de 1929, visitó por segunda vez los Estados Unidos. En esta estancia, el presidente Herbert Hoover le entregó un cheque por 50 000 dólares, que fue destinado a la compra de radio para la sucursal del Instituto en Varsovia.
También viajó a otros países dando conferencias en Bélgica, Brasil, España y Checoslovaquia. Cuatro miembros del Instituto recibieron el Premio Nobel, entre ellos, su hija Irène Joliot-Curie y su esposo, Frédéric.
Con el tiempo, se convirtió en uno de los cuatro principales laboratorios de investigación de la radiactividad, junto con los Laboratorios Cavendish, de Ernest Rutherford; el Instituto para la Investigación sobre el Radio (en Viena), de Stefan Meyer; y el Instituto de Química Emperador Guillermo, de Otto Hahn y Lise Meitner.
En agosto de 1922, fue nombrada miembro constitutivo de la Comisión Internacional para la Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones.
Ese año ingresó como miembro de la Academia Francesa de Medicina.
En 1923, escribió una biografía de su difunto marido, titulada Pierre Curie.
En 1925, visitó Polonia para participar en la ceremonia de colocación de la primera piedra del Instituto del Radio en Varsovia. El laboratorio fue equipado con las muestras de radio adquiridas en su segundo viaje a los Estados Unidos.
El Instituto abrió en 1932 y su hermana Bronisława fue nombrada directora. Estas distracciones de sus labores científicas, y la publicidad que la acompañaba, le causaron muchas molestias, pero proporcionaron los recursos necesarios para su obra.
Desde 1930 hasta su muerte, fue miembro del Comité Internacional de Pesos Atómicos de la IUPAC.
Muerte
Irène y su madre en 1925. |
Solo unos meses más tarde de su última visita a Polonia, en la primavera de 1934, murió el 4 de julio en el sanatorio Sancellemoz, cerca de Passy (Alta Saboya), a causa de una anemia aplásica, probablemente contraída por las radiaciones a las que estuvo expuesta en sus trabajos.
Los efectos nocivos de la radiación ionizante no se conocían en ese momento y los experimentos se realizaban sin las medidas de seguridad pertinentes. Por ejemplo, llevaba tubos de ensayo con isótopos radiactivos en los bolsillos y los almacenaba en un cajón de su escritorio, pues comentaba sobre la débil luz que estas sustancias emitían en la oscuridad.
También estuvo expuesta sin protección a los rayos X mientras se desempeñaba como radióloga en los hospitales de campaña durante la guerra.
Si bien los largos tiempos de exposición a la radiación le causaron enfermedades crónicas (incluyendo la ceguera parcial por cataratas) y eventualmente su muerte, nunca reconoció los riesgos que podía causar la exposición a la radiación en la salud.
Fue enterrada junto a su difunto marido en el cementerio de Sceaux, a pocos kilómetros al sur de París.
Sesenta años después, en 1995, sus restos fueron trasladados, junto con los de Pierre, al Panteón de París.
Tumba de los Curie, en el Panteón de Paris. |
El 20 de abril de 1995, en un discurso pronunciado en la ceremonia solemne de ingreso, el entonces presidente François Mitterrand destacó que Marie Curie, quien había sido la primera mujer en ser doctora en Ciencias, profesora en la Sorbona y también en recibir un Premio Nobel, lo era nuevamente al reposar en el famoso Panteón de París por «sus propios méritos».
En 2015, otras dos mujeres también fueron enterradas en el camposanto por sus propios méritos.
Debido a la contaminación radiactiva, sus documentos de la década de 1890 se consideran demasiado peligrosos de manipular. Incluso su libro de cocina es altamente radiactivo.
Sus trabajos se guardan en cajas forradas con plomo, y los que deseen consultarlos deben usar ropa de protección.
En su último año trabajó en un libro, Radioactivité, que su hija y su yerno publicaron póstumamente en 1935.
Su hija mayor, Irène (1897-1956), también obtuvo el Premio Nobel de Química junto a su marido, en 1935, un año después de la muerte de su madre, por el descubrimiento de la radiactividad artificial.
Irène Curie y Frédéric Joliot |
La segunda hija del matrimonio, Ève Denise Julie (1904–2007), periodista, pianista y activista por los derechos de los niños, fue el único miembro de la familia que no se dedicó a la ciencia. Escribió una biografía de su madre, Madame Curie, que se publicó simultáneamente en Francia, Inglaterra, Italia, España, Estados Unidos y otros países en 1937. Fue superventas en dichos países, aunque Charles Poore (periodista del New York Times) lo ha criticado por su redacción edulcorada, omitiendo detalles importantes como la relación de Marie, ya viuda, con un antiguo alumno de su marido, Paul Langevin (quien estaba casado), o los muchos problemas e insultos que tuvo que soportar de algunos importantes círculos científicos franceses (como el rechazo de su admisión a la Academia de Ciencias de Francia) y de cierta prensa sensacionalista.
Eve Curie |
Legado
Estatua en la Universidad Maria Curie-Skłodowska, en Lublin. |
El historiador Tadeusz Estreicher, en Polski słownik biograficzny (1938), asegura que los aspectos físicos y sociales de la obra de los Curie contribuyeron sustancialmente al desarrollo mundial de los siglos XX y XXI. Leslie Pearce Williams, profesor de la Universidad Cornell, escribe que:
Françoise Giroud considera que si bien la obra de Curie ayudó a revisar las ideas establecidas en la física y la química, también tuvo un efecto igualmente profundo en la esfera social. Para alcanzar sus logros científicos, tuvo que superar las barreras que fueron colocadas en su camino debido a que era una mujer, tanto en su país natal como en su país de adopción. Giroud enfatiza este aspecto de su vida y su carrera en Marie Curie: A Life, en el que aborda su papel como precursora feminista.
Pese a que el movimiento de los derechos de la mujer en Polonia elogiaba su labor, la historiadora Natalie Stegmann asegura que Marie Curie no se comprometió con estos grupos ni apoyaba sus objetivos.
Según Estreicher, era conocida por su honestidad y estilo de vida moderado. Después de haber recibido una pequeña beca en 1893, regresó a Polonia en 1897, cuando ya podría ganar dinero para su subsistencia. Destinó gran parte del dinero de su primer premio Nobel a sus amigos, familiares, estudiantes e investigadores asociados.
En una decisión inusual, se abstuvo intencionadamente de patentar el proceso de aislamiento del radio, por lo que la comunidad científica pudo investigarlo sin obstáculos. Estreicher asegura que ella insistía en que las donaciones monetarias y premios debían entregarse a las instituciones científicas a las que estaba afiliada en lugar de a ella misma.
Los Curie tenían la costumbre de rechazar premios y medallas. También Albert Einstein comentó que probablemente fue «la única científica que no se corrompió por la fama».
Tributos y referencias en la cultura popular
Moneda de 10 zl (acuñada en 1967) en conmemoración a los 100 años del nacimiento de Maria Skłodowska-Curie. |
En una encuesta de 2009 realizada por la revista New Scientist, fue votada como «la mujer más inspiradora en la ciencia». Curie recibió el 25.1 % de los votos emitidos, casi el doble que Rosalind Franklin (con el 14.2 %).
En 2007, una estación de metro en París fue rebautizada en honor del matrimonio Curie.
Un reactor de investigación nuclear en Polonia y un asteroide (descubierto el 6 de noviembre de 1939 por Fernand Rigaux) también llevan su nombre.
En 1935, Michalina Mościcka, esposa del presidente polaco Ignacy Mościcki, desveló una estatua de Marie Curie frente al Instituto del Radio en Varsovia.
En 1944, durante el alzamiento de Varsovia contra la ocupación de la Alemania nazi, el monumento fue dañado por los disparos; después de la guerra se decidió dejar las marcas de bala en la estatua y su pedestal.
Greer Garson y Walter Pidgeon protagonizaron la película, Madame Curie, basada en su vida. El filme tuvo siete nominaciones a los premios Óscar de 1943.
Más recientemente, en 1997, se estrenó una película francesa sobre Pierre y Marie Curie, Les Palmes de M. Schutz. Es la adaptación de una obra de teatro del mismo nombre, y el personaje protagónico fue interpretado por Isabelle Huppert.
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