martes, 6 de octubre de 2020

Antonio Machín

(Antonio Lugo Machín, Sagua la Grande, 1903 – Madrid, 1977) Cantante cubano. Verdadero trotamundos de la música, viajó por Cuba, EE.UU., Francia, hasta que la Segunda Guerra Mundial le llevó a España, donde comenzó actuando en salas barcelonesas y adquirió tal reputación que dominó la escena musical española durante casi tres décadas.

Hijo de un emigrante gallego, trabajó como albañil hasta que se trasladó a La Habana en 1926 para dedicarse profesionalmente a la música. Ese mismo año creó el Trío Luna (junto a Enrique Peláez y Manuel Luna); el éxito fue escaso y la duración del grupo efímera, por lo que, una vez disuelto, Machín pasó a formar parte del sexteto de Miguel Zabala, con quien realizó su primera grabación en 1929.
 
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De pie, los cinco hermanos Machín más pequeños (desde la izquierda): Antonio

 
Un año después, el afamado director de orquesta Justo Azpiazu le reclamó para ser el vocalista de la Orquesta del Casino Nacional de La Habana, paso decisivo en su carrera que le permitió realizar sus primeras visitas al extranjero, actuando con éxito en Nueva York. Con la discográfica RCA, la Orquesta del Casino Nacional de La Habana (con Antonio Machín a la cabeza) grabó medio centenar de canciones en menos de tres años (de 1936 a 1939).
 
Tras su paso por Londres y una histórica presentación en Montecarlo, Antonio Machín se vio obligado a renunciar a su intención de fijar su residencia en Francia. Poco después de estallar la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Barcelona, actuando en los clubes de Las Ramblas y dando comienzo a una imparable sucesión de éxitos que forman ya parte de la historia musical española de tres décadas. Acompañado de la Orquesta de Miura De Sabré, editó sus primeras grabaciones y contrajo matrimonio con una española, Angelita (1943), a la que conoció tras una actuación en Sevilla.
 
Su fama y popularidad se mantuvieron en adelante, y aunque los gustos musicales de las nuevas generaciones fueron cambiando, Antonio Machín mantuvo un público fiel y continuó actuando con total regularidad hasta su fallecimiento. Entre sus temas míticos se encuentran Angelitos negrosEspérame en el cieloDos gardeniasMadrecitaMira que eres lindaSolamente una vez o El manisero.
 


Por su carácter serio y humilde, Machín fue muy bien acogido en la España de la época. Impuso su personal estilo en el bolero y hasta entró en el refranero popular con el dicho “Te mueves más que las maracas de Machín”. En Alcalá de Guadaíra (Sevilla) el 7 de junio de 1977 salió muy agotado de escena y no pudo regresar.
 
Fue su última actuación. Machín falleció en Madrid el 4 de agosto de 1977, en su casa de la calle General Mola (hoy Príncipe de Vergara), a los 74 años de edad. Descansa en el Cementerio de San Fernando de Sevilla, donde sus compatriotas y familiares le recuerdan cada año rociando su tumba con ron cubano y cantando alguno de sus boleros.
 

Homenajes

El 10 de diciembre de 2006 se inauguró una estatua en su memoria en Sevilla, obra del escultor Guillermo Plaza Jiménez, ubicada en la Plaza Carmen Benítez. Allí, la imagen sevillana de Machín custodia y mira hacia la Hermandad de Los Negritos, a la que el cantante cubano estuvo muy vinculado, además una calle de Sevilla lleva su nombre.

El 22 de abril de 1981 se le rindió un gran homenaje en un concierto en el que participaron cuatrocientos artistas de diversos estilos que se celebró en el Palacio de los Deportes de Barcelona.

En el Museo de la Música de su ciudad natal se atesoran muchas de sus pertenencias: sus maracas, claves y algunos de sus discos, además de fotografías suyas y de los familiares.

Antonio Machín (1903-1977) hubiera cumplido cien años en 2003, en el 25º aniversario de su muerte y en vísperas de su centenario se le homenajeó con un proyecto en que se incluyó un documental dirigido por Núria Villazán, un libro biográfico y un disco, el título de esta triple edición fue “Machín. Toda una vida”. Joan Manuel Serrat participó en el documental, en su intervención ante la cámara que se grabó en la popular Antena 3, en la calle Tallers esquina con Rambles, Serrat comentaba: “La figura de Machín está ligada a la cultura sentimental de la radio, que suponía una pequeña ventana por donde penetraba la luz en unos tiempos muy sombríos. Con esa luz entraba la voz de Machín, la de Juanito Valderrama, la de Concha PiquerJuanito SegarraJorge SepúlvedaBonet de San PedroLorenzo González… Corrían tiempos de hambre, privaciones y miedo. Cuando yo tuve uso de razón, Machín ya estaba consolidado en la memoria sentimental de la gente. Nos conocimos en 1965, cuando actuábamos en la radio (y cobrando, que entonces se cobraba por actuar: la radio era un flotador mientras se esperaban tiempos mejores). Yo era entonces un artista emergente y él pasaba una época algo difícil. Aunque nunca dejó de trabajar, sufría un cierto declive de popularidad, ya que un nuevo tipo de música parecía arrasarlo todo. Lo llevaba con dignidad y logró remontar aquel período gracias a la moda camp, recuperando su aureola mítica”. Serrat admite haber “aprendido mucho de Machín y de la música que él hacía. Porque Machín era una esponja tremenda, en la cual cabía ‘El manisero’, ‘Angelitos negros’ y el repertorio de Oswaldo Farrés. También podía cantar guarachas con idéntica y pasmosa tranquilidad. Se lo sabía todo. Y alrededor de aquellas canciones, que eran historias, nacieron las vidas sentimentales de las gentes. Machín resultó fundamental”.

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